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1 Crónicas 5:18-26

1 Crónicas 5:18-26 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Las tribus de Rubén y Gad, y la media tribu de Manasés, tenían un total de cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta hombres capaces de ir a la guerra. Eran valientes y estaban bien entrenados para usar el escudo, la espada y el arco. También eran hombres que confiaban en la ayuda de Dios. Por ejemplo, cuando pelearon contra los agarenos y contra Jetur, Nafís y Nodab, le pidieron ayuda a Dios, y él les dio la victoria. Así fue como mataron a muchos de los agarenos y de sus aliados; se llevaron a cien mil prisioneros; se apropiaron de cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas y dos mil burros; además, se quedaron a vivir en la tierra de sus enemigos hasta que ellos mismos fueron llevados prisioneros a otras tierras. Los descendientes de la media tribu de Manasés fueron: Éfer, Isí, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías, Jahdiel. Todos estos fueron jefes de sus grupos familiares; eran soldados valientes y muy famosos. Sus familias eran tan numerosas que vivían en la región que se extiende desde Basán hasta Baal-hermón, Senir y el monte Hermón. Sin embargo, abandonaron al Dios de Israel por adorar a los dioses de los pueblos que Dios había destruido. Por eso el Dios de Israel envió a Tiglat-piléser, rey de Asiria, para que se llevara prisioneros a los de la tribu de Rubén y Gad, y a la media tribu de Manasés. Esa es la razón por la que ellos continuaron viviendo en Halah, Habor, Hará y el río Gozán, hasta el momento en que esto se escribió.

1 Crónicas 5:18-26 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Los rubenitas, los gaditas y los de la media tribu de Manasés contaban con un ejército de cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta hombres valientes, armados de escudo y de espada, hábiles en el manejo del arco y diestros en la guerra. Combatieron a los agarenos y a Jetur, Nafis y Nodab. Y como confiaban en Dios, clamaron a él en medio del combate y él los ayudó a derrotar a los agarenos y a sus aliados. Se apoderaron de su ganado (cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas y dos mil burros) y capturaron a cien mil personas, a muchas de las cuales mataron, porque Dios estaba con ellos. En ese lugar habitaron hasta el tiempo del exilio. Los hijos de la media tribu de Manasés eran numerosos y se establecieron en el país, desde Basán hasta Baal Hermón, Senir y el monte Hermón. Los jefes de sus familias patriarcales fueron Éfer, Isí, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Yadiel. Todos ellos eran guerreros valientes, hombres importantes y jefes de sus respectivas familias patriarcales. Pero fueron infieles al Dios de sus antepasados, pues se prostituyeron al adorar a los dioses de los pueblos de la región, a los cuales Dios había destruido delante de ellos. Por eso el Dios de Israel incitó contra ellos a Pul, es decir, a Tiglat Piléser, rey de Asiria. Este deportó a los rubenitas, los gaditas y a la media tribu de Manasés, llevándolos a Jalaj, Jabor, Hará y al río Gozán, donde permanecen hasta hoy.

1 Crónicas 5:18-26 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Los hijos de Rubén y de Gad, y la media tribu de Manasés, eran cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta hombres valientes y diestros en las artes bélicas, capaces de salir a batalla armados de escudo y espada, y con arcos bien tensados. Estos estuvieron en guerra contra los agarenos y contra Jetur, Nafís y Nodab. Fueron ayudados contra ellos porque durante la batalla clamaron a Dios, y Dios les fue favorable porque confiaron en él. Fue así como vencieron a los agarenos y a todos los que estaban con ellos; les quitaron sus ganados, cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas, dos mil asnos y cien mil personas. Muchos cayeron muertos, porque la guerra era de Dios. Y habitaron en sus ciudades hasta el cautiverio. Los hijos de la media tribu de Manasés fueron multiplicados en gran manera y habitaron en la región que va desde Basán hasta Baal Hermón y Senir, y el monte Hermón. Los jefes de las familias de sus padres fueron Efer, Isguí, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Yadiel, que eran hombres valientes y esforzados, de buena fama, y jefes de las familias de sus padres. Pero se rebelaron contra el Dios de sus padres. Se prostituyeron por seguir a los dioses de los pueblos de la tierra, a los cuales el Señor había quitado de delante de ellos. Por eso el Dios de Israel estimuló a Pul, es decir, a Tiglat Piléser, rey de los asirios, a que se llevara cautivos a los rubenitas y gaditas y a la media tribu de Manasés, y hasta el día de hoy están en Jalaj, Jabor, Hara y el río Gozán.

1 Crónicas 5:18-26 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Los descendientes de Rubén y de Gad, y la media tribu de Manasés, eran soldados valientes, armados de escudo, espada y arco, y bien entrenados para combatir. Eran cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta hombres aptos para la guerra. Y pelearon contra los agarenos, y contra Jetur, Nafís y Nodab; pero Dios los ayudó, y los agarenos y sus aliados cayeron en sus manos, porque en medio de la batalla pidieron a Dios que los ayudara. Dios los ayudó porque confiaron en él. Luego se llevaron los ganados de sus enemigos, que eran cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas y dos mil asnos. Hicieron además cien mil prisioneros. Muchos enemigos murieron, porque la guerra era de parte de Dios. Y se quedaron a vivir en aquellos lugares hasta la época del destierro. Los descendientes de la media tribu de Manasés vivieron en la región que se extiende desde Basán hasta Baal-hermón, Senir y el monte Hermón, pues eran muchos. Los jefes de sus familias fueron Éfer, Isí, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Jahdiel, todos ellos soldados valientes, hombres famosos y jefes de familia. Pero se rebelaron contra el Dios de sus antepasados y le fueron infieles adorando a los dioses de los pueblos que Dios había destruido y eliminado delante de ellos. Por esta razón, el Dios de Israel incitó a Pul, rey de Asiria, es decir, a Tiglat-piléser, quien desterró a los rubenitas y gaditas y a la media tribu de Manasés; y los llevó a Halah, Habor, Hará y al río Gozán, donde están hasta el presente.

1 Crónicas 5:18-26 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Los hijos de Rubén y de Gad, y la media tribu de Manasés, hombres valientes, hombres que traían escudo y espada, que entesaban arco, y diestros en la guerra, eran cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta que salían a batalla. Estos tuvieron guerra contra los agarenos, y Jetur, Nafis y Nodab. Y fueron ayudados contra ellos, y los agarenos y todos los que con ellos estaban se rindieron en sus manos; porque clamaron a Dios en la guerra, y les fue favorable, porque esperaron en él. Y tomaron sus ganados, cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas y dos mil asnos; y cien mil personas. Y cayeron muchos muertos, porque la guerra era de Dios; y habitaron en sus lugares hasta el cautiverio. Los hijos de la media tribu de Manasés, multiplicados en gran manera, habitaron en la tierra desde Basán hasta Baal-hermón y Senir y el monte de Hermón. Y estos fueron los jefes de las casas de sus padres: Efer, Isi, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Jahdiel, hombres valientes y esforzados, varones de nombre y jefes de las casas de sus padres. Pero se rebelaron contra el Dios de sus padres, y se prostituyeron siguiendo a los dioses de los pueblos de la tierra, a los cuales Jehová había quitado de delante de ellos; por lo cual el Dios de Israel excitó el espíritu de Pul rey de los asirios, y el espíritu de Tiglat-pileser rey de los asirios, el cual transportó a los rubenitas y gaditas y a la media tribu de Manasés, y los llevó a Halah, a Habor, a Hara y al río Gozán, hasta hoy.

1 Crónicas 5:18-26 La Biblia de las Américas (LBLA)

Los hijos de Rubén y de Gad y la media tribu de Manasés, hombres valientes, hombres que traían escudo y espada y tiraban con arco, y que eran diestros en batalla, fueron cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta que salían a la batalla. E hicieron guerra contra los agarenos, Jetur, Nafis y Nodab. Y Dios les ayudó contra ellos, y los agarenos y todos los que estaban con ellos fueron entregados en sus manos; porque clamaron a Dios en la batalla, y Él fue propicio a ellos porque confiaron en Él. Y tomaron sus ganados: cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas, dos mil asnos; también cien mil hombres. Muchos, pues, cayeron muertos, porque la guerra era de Dios. Y habitaron en su lugar hasta el destierro. Los hijos de la media tribu de Manasés habitaron en la tierra; eran muy numerosos desde Basán hasta Baal-hermón, Senir y el monte Hermón. Y estos fueron los jefes de sus casas paternas: Efer, Isi, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Jahdiel, hombres fuertes de gran valor, hombres de renombre, jefes de sus casas paternas. Pero traicionaron al Dios de sus padres, y se prostituyeron con los dioses de los pueblos de la tierra, los cuales Dios había destruido delante de ellos. Por lo cual el Dios de Israel movió el espíritu de Pul, rey de Asiria, o sea, el espíritu de Tilgat-pilneser, rey de Asiria, y los llevó al destierro, es decir, a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés, y los llevó a Halah, a Habor, a Hara y al río de Gozán, hasta el día de hoy.

1 Crónicas 5:18-26 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Había 44.760 guerreros competentes en los ejércitos de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés, hábiles en combate y armados de escudos, espadas y arcos. Hicieron guerra contra los agarenos, los jetureos, los nafiseos y los nodabitas. Clamaron a Dios durante la batalla, y él contestó su oración porque confiaron en él. De modo que derrotaron a los agarenos y a todos sus aliados. Entre el botín que tomaron de los agarenos había 50.000 camellos, 250.000 ovejas, 2000 burros y 100.000 cautivos. Muchos de los agarenos murieron en la batalla porque Dios luchaba contra ellos. Los habitantes de Rubén, Gad y Manasés vivieron en su tierra hasta que fueron llevados al destierro. La media tribu de Manasés era muy grande y se extendió por la tierra desde Basán hasta Baal-hermón, Senir y el monte Hermón. Estos fueron los jefes de sus clanes: Efer, Isi, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Jahdiel. Estos hombres tuvieron gran fama como guerreros poderosos y jefes de sus clanes. Sin embargo, estas tribus fueron infieles al Dios de sus antepasados. Adoraron a los dioses de las naciones que Dios había destruido. Por eso el Dios de Israel hizo que el rey Pul de Asiria (también conocido como Tiglat-pileser) invadiera la tierra y se llevara cautivos a la tribu de Rubén, a la tribu de Gad y a la media tribu de Manasés. Los asirios los desterraron y los llevaron a Halah, a Habor, a Hara y al río Gozán, donde se encuentran hasta el día de hoy.

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