Tú enciendes mi lámpara, oh SEÑOR;
mi Dios que alumbra mis tinieblas.
Pues contigo aplastaré ejércitos,
y con mi Dios escalaré murallas.
¶En cuanto a Dios, su camino es perfecto;
acrisolada es la palabra del SEÑOR;
Él es escudo a todos los que a Él se acogen.
Pues, ¿quién es Dios, fuera del SEÑOR?
¿Y quién es roca, sino solo nuestro Dios,
el Dios que me ciñe de poder,
y ha hecho perfecto mi camino?
Él hace mis pies como de ciervas,
y me afirma en mis alturas.
El adiestra mis manos para la batalla,
y mis brazos para tensar el arco de bronce.
Tú me has dado también el escudo de tu salvación;
tu diestra me sostiene,
y tu benevolencia me engrandece.
Ensanchas mis pasos debajo de mí,
y mis pies no han resbalado.
¶Perseguí a mis enemigos y los alcancé;
y no me volví hasta acabarlos.
Los destrocé y no pudieron levantarse;
cayeron debajo de mis pies.
Pues tú me has ceñido con fuerza para la batalla;
has subyugado debajo de mí a los que contra mí se levantaron.
También has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas,
y destruí a los que me odiaban.
Clamaron, mas no hubo quién los salvara;
aun al SEÑOR clamaron, mas no les respondió.
Entonces los desmenucé como polvo delante del viento;
los arrojé como lodo de las calles.
¶Tú me has librado de las contiendas del pueblo;
me has puesto por cabeza de las naciones;
pueblo que yo no conocía me sirve.
Al oírme, me obedecen;
los extranjeros me fingen obediencia.
Los extranjeros desfallecen,
y salen temblando de sus fortalezas.
¶El SEÑOR vive, bendita sea mi roca,
y ensalzado sea el Dios de mi salvación,
el Dios que por mí ejecuta venganza,
y subyuga pueblos debajo de mí;
el que me libra de mis enemigos.
Ciertamente tú me exaltas sobre los que se levantan contra mí;
me rescatas del hombre violento.
Por tanto, te alabaré, oh SEÑOR, entre las naciones,
y cantaré alabanzas a tu nombre.
Grandes victorias da Él a su rey,
y muestra misericordia a su ungido,
a David y a su descendencia para siempre.