¶Postrada está mi alma en el polvo; vivifícame conforme a tu palabra. De mis caminos te conté, y tú me has respondido; enséñame tus estatutos. Hazme entender el camino de tus preceptos, y meditaré en tus maravillas. De tristeza llora mi alma; fortaléceme conforme a tu palabra. Quita de mí el camino de la mentira, y en tu bondad concédeme tu ley. He escogido el camino de la verdad; he puesto tus ordenanzas delante de mí. Me apego a tus testimonios; SEÑOR, no me avergüences. Por el camino de tus mandamientos correré, porque tú ensancharás mi corazón. ¶Enséñame, oh SEÑOR, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin. Dame entendimiento para que guarde tu ley y la cumpla de todo corazón. Hazme andar por la senda de tus mandamientos, porque en ella me deleito. Inclina mi corazón a tus testimonios y no a la ganancia deshonesta. Aparta mis ojos de mirar la vanidad, y vivifícame en tus caminos. Confirma a tu siervo tu palabra, que inspira reverencia por ti. Quita de mí el oprobio que me causa temor, porque tus juicios son buenos. He aquí, anhelo tus preceptos; vivifícame por tu justicia.
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