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Mateo 5:22-39

Mateo 5:22-39 LBLA

Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermanoserá culpable ante la corte; y cualquiera que diga: «Raca» a su hermano, será culpable delante de la corte suprema; y cualquiera que diga: «Idiota», será reo del infiernode fuego. Por tanto, si estás presentando tu ofrendaen el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrendaallí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Reconcíliate pronto con tu adversario mientras vascon él por el camino, no sea que tu adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo. Habéis oído que se dijo: «NO COMETERáS ADULTERIO». Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón. Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de pecar, córtala y échala de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya al infierno. También se dijo: «CUALQUIERA QUE REPUDIE A SU MUJER, QUE LE DE CARTA DE DIVORCIO». Pero yo os digo que todo el que se divorcia desu mujer, a no ser por causa de infidelidad, la hace cometer adulterio; y cualquiera que se casa con una mujer divorciada, comete adulterio. También habéis oído que se dijo a los antepasados: «NO JURARáS FALSAMENTE, SINO QUE CUMPLIRáS TUS JURAMENTOS AL SEÑOR». Pero yo os digo: no juréis de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni porJerusalén, porque es LA CIUDAD DEL GRAN REY. Ni jurarás por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro ni un solo cabello. Antes bien, sea vuestro hablar: «Sí, sí» o «No, no»; y lo que es más de esto, procede del mal. Habéis oído que se dijo: «OJO POR OJO Y DIENTE POR DIENTE». Pero yo os digo: no resistáis al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.