Porque así dice el SEÑOR:
Gritad con alegría por Jacob,
y dad voces por la primera de las naciones;
proclamad, dad alabanza, y decid:
«Oh SEÑOR, salva a tu pueblo,
al remanente de Israel».
He aquí, yo los traigo del país del norte,
y los reuniré de los confines de la tierra,
entre ellos los ciegos y los cojos,
la mujer encinta y también la que está dando a luz;
una gran compañía volverá acá.
Con llanto vendrán,
y entre súplicas los guiaré;
los haré andar junto a arroyos de aguas,
por camino derecho en el cual no tropezarán;
porque soy un padre para Israel,
y Efraín es mi primogénito.
¶Oíd, naciones, la palabra del SEÑOR,
anunciad en las costas lejanas,
y decid: El que dispersó a Israel lo reunirá,
y lo guardará como un pastor a su rebaño.
Porque el SEÑOR ha rescatado a Jacob,
y lo ha redimido de manos más fuertes que él.
Vendrán y gritarán de júbilo en lo alto de Sión,
y radiarán de gozo por la bondad del SEÑOR:
por el grano, por el vino y por el aceite,
y por las crías de las ovejas y de las vacas.
Su alma será como huerto regado,
y nunca más languidecerán.
Entonces la virgen se alegrará en la danza,
y los jóvenes y los ancianos a una;
cambiaré su duelo en gozo,
los consolaré y los alegraré de su tristeza.
Y llenaré con abundancia el alma de los sacerdotes,
y mi pueblo se saciará de mi bondad —declara el SEÑOR.