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Jeremías 31:1-14

Jeremías 31:1-14 LBLA

En aquel tiempo —declara el SEÑOR— yo seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo. Así dice el SEÑOR: Ha hallado gracia en el desierto el pueblo que escapó de la espada, Israel, cuando iba en busca de su reposo. Desde lejos el SEÑOR se le apareció, diciendo: Con amor eterno te he amado, por eso te he atraído con misericordia. De nuevo te edificaré, y serás reedificada, virgen de Israel; de nuevo tomarás tus panderos, y saldrás a las danzas con los que se divierten. De nuevo plantarás viñas en los montes de Samaria; los plantadores las plantarán y las disfrutarán. Porque habrá un día en que clamarán los guardas en la región montañosa de Efraín: «Levantaos y subamos a Sión, al SEÑOR nuestro Dios». Porque así dice el SEÑOR: Gritad con alegría por Jacob, y dad voces por la primera de las naciones; proclamad, dad alabanza, y decid: «Oh SEÑOR, salva a tu pueblo, al remanente de Israel». He aquí, yo los traigo del país del norte, y los reuniré de los confines de la tierra, entre ellos los ciegos y los cojos, la mujer encinta y también la que está dando a luz; una gran compañía volverá acá. Con llanto vendrán, y entre súplicas los guiaré; los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy un padre para Israel, y Efraín es mi primogénito. ¶Oíd, naciones, la palabra del SEÑOR, anunciad en las costas lejanas, y decid: El que dispersó a Israel lo reunirá, y lo guardará como un pastor a su rebaño. Porque el SEÑOR ha rescatado a Jacob, y lo ha redimido de manos más fuertes que él. Vendrán y gritarán de júbilo en lo alto de Sión, y radiarán de gozo por la bondad del SEÑOR: por el grano, por el vino y por el aceite, y por las crías de las ovejas y de las vacas. Su alma será como huerto regado, y nunca más languidecerán. Entonces la virgen se alegrará en la danza, y los jóvenes y los ancianos a una; cambiaré su duelo en gozo, los consolaré y los alegraré de su tristeza. Y llenaré con abundancia el alma de los sacerdotes, y mi pueblo se saciará de mi bondad —declara el SEÑOR.