Gritad de júbilo, cielos, y regocíjate, tierra.
Prorrumpid, montes, en gritos de alegría,
porque el SEÑOR ha consolado a su pueblo,
y de sus afligidos tendrá compasión.
¶Pero Sión dijo: El SEÑOR me ha abandonado,
el Señor se ha olvidado de mí.
¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho,
sin compadecerse del hijo de sus entrañas?
Aunque ellas se olvidaran, yo no te olvidaré.
He aquí, en las palmas de mis manos, te he grabado;
tus muros están constantemente delante de mí.
Tus edificadores se apresuran;
tus destructores y tus devastadores
se alejarán de ti.
Levanta en derredor tus ojos y mira:
todos ellos se reúnen, vienen a ti.
Vivo yo —declara el SEÑOR—
que a todos ellos como joyas te los pondrás, y te ceñirás con ellos como una novia.
En cuanto a tus lugares desiertos y desolados y tu tierra arruinada,
ahora serás ciertamente demasiado estrecha para los moradores,
y tus devoradores estarán muy lejos.
Todavía te dirán al oído los hijos de los que fuiste privada:
«El lugar es muy estrecho para mí;
hazme sitio para que yo more aquí».
Y dirás en tu corazón:
«¿Quién me ha engendrado estos?
Pues yo había sido privada de mis hijos,
y era estéril, desterrada y errante.
Y a estos, ¿quién los ha criado?
He aquí, yo había sido dejada sola;
y estos, ¿dónde estaban?».
¶Así dice el Señor DIOS:
He aquí, levantaré hacia las naciones mi mano,
y hacia los pueblos alzaré mi estandarte;
traerán a tus hijos en brazos,
y tus hijas en hombros serán llevadas.
Reyes serán tus tutores,
y sus princesas, tus nodrizas.
Rostro en tierra te rendirán homenaje
y el polvo de tus pies lamerán.
Y sabrás que yo soy el SEÑOR,
y que no se avergonzarán los que esperan en mí.
¶¿Se le podrá quitar la presa al poderoso,
o rescatar al cautivo del tirano?
Ciertamente así dice el SEÑOR:
Aun los cautivos del poderoso serán recobrados,
y rescatada será la presa del tirano;
con el que contienda contigo yo contenderé,
y salvaré a tus hijos.
Haré comer a tus opresores su propia carne,
y como con vino dulce, con su sangre se embriagarán;
y toda carne sabrá que yo, el SEÑOR, soy tu Salvador
y tu Redentor, el Poderoso de Jacob.