¶Cuanto más se multiplicaron, más pecaron contra mí;
cambiaré, pues, su gloria en afrenta.
Del pecado de mi pueblo se alimentan,
y hacia su iniquidad dirigen sus deseos.
Como el pueblo, así será el sacerdote;
los castigaré por su proceder,
y les pagaré según sus obras.
Comerán, pero no se saciarán;
se prostituirán, pero no se multiplicarán,
porque han dejado de hacer caso al SEÑOR.
¶La prostitución, el vino y el mosto quitan el juicio.
Mi pueblo consulta a su ídolo de madera, y su vara les informa;
porque un espíritu de prostitución los ha descarriado,
y se han prostituido, apartándose de su Dios.
Ofrecen sacrificios sobre las cumbres de los montes
y queman incienso sobre las colinas,
debajo de las encinas, los álamos y los terebintos,
porque su sombra es agradable.
Por tanto, vuestras hijas se prostituyen,
y vuestras nueras cometen adulterio.
No castigaré a vuestras hijas cuando se prostituyan
ni a vuestras nueras cuando cometan adulterio,
porque los hombres mismos se retiran con rameras
y ofrecen sacrificios con las rameras del culto pagano;
así se pierde el pueblo sin entendimiento.
¶Aunque tú, Israel, te prostituyas,
que no se haga culpable Judá;
tampoco vayáis a Gilgal,
ni subáis a Bet-avén,
ni juréis:
¡Vive el SEÑOR!
Puesto que Israel es terco
como novilla indómita,
¿los pastoreará ahora el SEÑOR
como a un cordero en campo espacioso?
Efraín se ha unido a los ídolos;
déjalo.
Acabada su bebida,
se entregaron a la prostitución;
sus príncipes aman mucho la ignominia.
El viento los envuelve en sus alas,
y se avergonzarán de sus sacrificios.