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Génesis 50:1-20

Génesis 50:1-20 LBLA

José se echó sobre el rostro de su padre, lloró sobre él y lo besó. Y ordenó José a sus siervos médicos que embalsamaran a su padre; y los médicos embalsamaron a Israel. Y se requerían cuarenta días para ello, porque este es el tiempo requerido para el embalsamamiento. Y los egipcios lo lloraron setenta días. Y cuando pasaron los días de luto por él, habló José a la casa de Faraón, diciendo: Si he hallado ahora gracia ante vuestros ojos, os ruego que habléis a Faraón, diciendo: «Mi padre me hizo jurar, diciendo: “He aquí, voy a morir; en el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás”. Ahora pues, te ruego que me permitas ir a sepultar a mi padre, y luego volveré». Y Faraón dijo: Sube y sepulta a tu padre como él te hizo jurar. Entonces José subió a sepultar a su padre, y con él subieron todos los siervos de Faraón, los ancianos de su casa y todos los ancianos de la tierra de Egipto, y toda la casa de José, y sus hermanos, y la casa de su padre; solo dejaron a sus pequeños, sus ovejas y sus vacas en la tierra de Gosén. Subieron también con él carros y jinetes; y era un cortejo muy grande. Cuando llegaron hasta la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, hicieron allí duelo con una grande y dolorosa lamentación; y José guardó siete días de duelo por su padre. Y cuando los habitantes de la tierra, los cananeos, vieron el duelo de la era de Atad, dijeron: Este es un duelo doloroso de los egipcios. Por eso llamaron al lugar Abel-mizrayim, el cual está al otro lado del Jordán. Sus hijos, pues, hicieron con él tal como les había mandado; pues sus hijos lo llevaron a la tierra de Canaán, y lo sepultaron en la cueva del campo de Macpela, frente a Mamre, la cual Abraham había comprado de Efrón hitita, junto con el campo para posesión de una sepultura. Y después de sepultar a su padre, José regresó a Egipto, él y sus hermanos, y todos los que habían subido con él para sepultar a su padre. Al ver los hermanos de José que su padre había muerto, dijeron: Quizá José guarde rencor contra nosotros, y de cierto nos devuelva todo el mal que le hicimos. Entonces enviaron un mensaje a José, diciendo: Tu padre mandó antes de morir, diciendo: «Así diréis a José: “Te ruego que perdones la maldad de tus hermanos y su pecado, porque ellos te trataron mal” ». Y ahora, te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró cuando le hablaron. Entonces sus hermanos vinieron también y se postraron delante de él, y dijeron: He aquí, somos tus siervos. Pero José les dijo: No temáis, ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo tornó en bien para que sucediera como vemos hoy, y se preservara la vida de mucha gente.