Entonces el rey David entró y se sentó delante del SEÑOR y dijo: ¿Quién soy yo, oh Señor DIOS, y qué es mi casa para que me hayas traído hasta aquí? Y aun esto fue insignificante ante tus ojos, oh Señor DIOS, pues también has hablado de la casa de tu siervo concerniente a un futuro lejano. Y esta es la ley de los hombres, oh Señor DIOS. ¿Y qué más podría decirte David? Pues tú conoces a tu siervo, oh Señor DIOS. A causa de tu palabra, conforme a tu propio corazón, tú has hecho toda esta grandeza, para que lo sepa tu siervo. Oh Señor DIOS, por eso tú eres grande; pues no hay nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos. ¿Y qué otra nación en la tierra es como tu pueblo Israel, al cual viniste a redimir para ti como pueblo, a fin de darte un nombre, y hacer grandes cosas a su favor y cosas portentosas para tu tierra, ante tu pueblo que rescataste para ti de Egipto, de naciones y de sus dioses? Pues tú has establecido para ti a tu pueblo Israel como pueblo tuyo para siempre, y tú, SEÑOR, has venido a ser su Dios.
Leer 2 Samuel 7
Compartir
Comparar todas las versiones: 2 Samuel 7:18-24
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos