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Éxodo 20:4-24

Éxodo 20:4-24 NBV

»No te harás ídolos ni imágenes de nada que esté en el cielo, en la tierra o en lo profundo del mar. No te inclinarás delante de ninguna imagen ni la adorarás, porque yo, el SEÑOR tu Dios, soy muy celoso, y no compartiré con otros dioses la honra que me pertenece. Cuando castigo a alguien por sus pecados, el castigo alcanza a sus hijos, a sus nietos y a sus bisnietos. Pero derramo mi amor sobre millares de generaciones de los que me aman y obedecen mis mandamientos. »No usarás el nombre del SEÑOR tu Dios en vano ni en forma irreverente. No dejaré sin castigo a quien se atreva a usar mi nombre sin el debido respeto. »Acuérdate de observar el día de reposo, es decir, el sábado, como día santo. Seis días de la semana son para los quehaceres cotidianos y el trabajo regular. Pero el séptimo día es día de reposo delante del SEÑOR tu Dios. Ese día no harán trabajo de ninguna clase tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tus esclavos, ni tus huéspedes, ni tus animales, porque en seis días hizo el SEÑOR los cielos, la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó el séptimo día. Por eso bendijo el día de reposo y lo santificó. »Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una vida larga y buena en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da. »No matarás. »No cometerás adulterio. »No robarás. »No darás un testimonio falso en contra de tu prójimo. »No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su buey, ni su burro, ni ninguna otra cosa que le pertenezca». Todos los israelitas vieron los relámpagos y el humo que subía del monte, y oyeron los truenos y el toque de la trompeta, y se quedaron lejos, temblando de miedo. Y le dijeron a Moisés: ―Dinos lo que Dios diga, y nosotros obedeceremos. Pero que no nos hable Dios en forma directa, pues moriremos. ―No teman —les dijo Moisés—, porque Dios se ha presentado de esta manera para probarlos, de modo que de aquí en adelante tengan temor de pecar en su contra. Mientras el pueblo permanecía a una distancia prudente, Moisés volvió a entrar en la nube donde estaba Dios. Y el SEÑOR le dijo a Moisés que les comunicara a los israelitas lo siguiente: «Ustedes son testigos de que les he dado a conocer mi voluntad desde el cielo. Recuerden que no deben adorar ídolos, ya sean de plata, de oro o de algún otro material. Los altares que hagan para mí deben ser sencillos altares de tierra. Sobre ellos me ofrecerán sus sacrificios, sus holocaustos y sus ofrendas pacíficas de ovejas y bueyes. Yo iré al lugar donde les pida que invoquen mi nombre, y los bendeciré allí.