Estoy a punto de morir; ¡dame vida, conforme a tu promesa! Te he expuesto mi conducta, y me has respondido. ¡Enséñame tus leyes! Dame entendimiento para seguir tus preceptos, pues quiero meditar en tus maravillas. Estoy ahogado en lágrimas de dolor; ¡manténme firme, conforme a tu promesa! Aléjame del camino de la mentira y favoréceme con tu enseñanza. He escogido el camino de la verdad y deseo tus decretos. Señor, me he apegado a tus mandatos; ¡no me llenes de vergüenza! Me apresuro a cumplir tus mandamientos porque llenas de alegría mi corazón. Señor, enséñame el camino de tus leyes, pues quiero seguirlo hasta el fin. Dame entendimiento para guardar tu enseñanza; ¡quiero obedecerla de todo corazón! Llévame por el camino de tus mandamientos, pues en él está mi felicidad. Haz que mi corazón prefiera tus mandatos a las ganancias mal habidas. No dejes que me fije en falsos dioses; ¡dame vida para seguir tu camino! Confirma a este siervo tuyo las promesas que haces a los que te honran. Aleja de mí la ofensa que temo, pues tus decretos son buenos. Yo he deseado tus preceptos; ¡dame vida, pues tú eres justo!
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