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San Marcos 10:30-45

San Marcos 10:30-45 DHH94I

recibirá ahora en la vida presente cien veces más en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y terrenos, aunque con persecuciones; y en la vida venidera recibirá la vida eterna. Pero muchos que ahora son los primeros, serán los últimos; y muchos que ahora son los últimos, serán los primeros. Se dirigían a Jerusalén, y Jesús caminaba delante de los discípulos. Ellos estaban asombrados, y los que iban detrás tenían miedo. Jesús volvió a llamar aparte a los doce discípulos, y comenzó a decirles lo que le iba a pasar: «Como ustedes ven, ahora vamos a Jerusalén, donde el Hijo del hombre va a ser entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley, que lo condenarán a muerte y lo entregarán a los extranjeros. Se burlarán de él, lo escupirán, lo golpearán y lo matarán; pero tres días después resucitará.» Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: —Maestro, queremos que nos hagas el favor que vamos a pedirte. Él les preguntó: —¿Qué quieren que haga por ustedes? Le dijeron: —Concédenos que en tu reino glorioso nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Jesús les contestó: —Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber este trago amargo que voy a beber yo, y recibir el bautismo que yo voy a recibir? Ellos contestaron: —Podemos. Jesús les dijo: —Ustedes beberán este trago amargo, y recibirán el bautismo que yo voy a recibir; pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí darlo, sino que les será dado a aquellos para quienes está preparado. Cuando los otros diez discípulos oyeron esto, se enojaron con Santiago y Juan. Pero Jesús los llamó, y les dijo: —Como ustedes saben, entre los paganos hay jefes que se creen con derecho a gobernar con tiranía a sus súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad sobre ellos. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera ser grande entre ustedes, deberá servir a los demás, y el que entre ustedes quiera ser el primero, deberá ser el esclavo de los demás. Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud.