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San Mateo 21:12-22

San Mateo 21:12-22 DHH94I

Jesús entró en el templo y echó de allí a todos los que estaban vendiendo y comprando. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero a la gente, y los puestos de los que vendían palomas; y les dijo: —En las Escrituras se dice: “Mi casa será declarada casa de oración”, pero ustedes están haciendo de ella una cueva de ladrones. Se acercaron a Jesús en el templo los ciegos y los cojos, y él los sanó. Pero cuando los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley vieron los milagros que hacía, y oyeron que los niños gritaban en el templo: «¡Hosana al Hijo del rey David!», se enojaron y dijeron a Jesús: —¿Oyes lo que esos están diciendo? Jesús les contestó: —Sí, lo oigo. Pero ¿no han leído ustedes la Escritura que habla de esto? Dice: “Con los cantos de los pequeños, de los niñitos de pecho, has dispuesto tu alabanza.” Entonces los dejó, y se fue de la ciudad a Betania, donde pasó la noche. Por la mañana, cuando volvía a la ciudad, Jesús sintió hambre. Vio una higuera junto al camino y se acercó a ella, pero no encontró más que hojas. Entonces le dijo a la higuera: —¡Nunca más vuelvas a dar fruto! Y al instante la higuera se secó. Al ver lo ocurrido, los discípulos se maravillaron y preguntaron a Jesús: —¿Cómo es que la higuera se secó al instante? Jesús les contestó: —Les aseguro que si tienen fe y no dudan, no solamente podrán hacer esto que le hice a la higuera, sino que aun si a este cerro le dicen: “Quítate de ahí y arrójate al mar”, así sucederá. Y todo lo que ustedes, al orar, pidan con fe, lo recibirán.