Jesús salió de allí y llegó a la orilla del Lago de Galilea; luego subió a un cerro y se sentó. Mucha gente se reunió donde él estaba. Llevaban cojos, ciegos, mancos, mudos y otros muchos enfermos, que pusieron a los pies de Jesús, y él los sanó. De modo que la gente estaba admirada al ver que los mudos hablaban, los mancos quedaban sanos, los cojos andaban y los ciegos podían ver. Y comenzaron a alabar al Dios de Israel. Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo: —Siento compasión de esta gente, porque ya hace tres días que están aquí conmigo y no tienen nada que comer. No quiero mandarlos sin comer a sus casas, porque pueden desmayarse por el camino. Sus discípulos le dijeron: —Pero ¿cómo podremos encontrar comida para tanta gente, en un lugar como este, donde no vive nadie? Jesús les preguntó: —¿Cuántos panes tienen ustedes? —Siete, y unos pocos pescaditos —contestaron ellos. Entonces mandó que la gente se sentara en el suelo, tomó en sus manos los siete panes y los pescados y, habiendo dado gracias a Dios, los partió y los dio a sus discípulos, y ellos los repartieron entre la gente. Todos comieron hasta quedar satisfechos, y aun llenaron siete canastas con los pedazos sobrantes. Los que comieron eran cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
Leer San Mateo 15
Escuchar San Mateo 15
Compartir
Comparar todas las versiones: San Mateo 15:29-38
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos