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San Lucas 23:27-38

San Lucas 23:27-38 DHH94I

Mucha gente y muchas mujeres que lloraban y gritaban de tristeza por él, lo seguían. Pero Jesús las miró y les dijo: —Mujeres de Jerusalén, no lloren por mí, sino por ustedes mismas y por sus hijos. Porque vendrán días en que se dirá: “Dichosas las que no pueden tener hijos, las mujeres que no dieron a luz ni tuvieron hijos que criar.” Entonces comenzará la gente a decir a los montes: “¡Caigan sobre nosotros!”, y a las colinas: “¡Escóndannos!” Porque si con el árbol verde hacen todo esto, ¿qué no harán con el seco? También llevaban a dos criminales, para crucificarlos junto con Jesús. Cuando llegaron al sitio llamado La Calavera, crucificaron a Jesús y a los dos criminales, uno a su derecha y otro a su izquierda. [ Jesús dijo: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.»] Y los soldados echaron suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús. La gente estaba allí mirando; y hasta las autoridades se burlaban de él, diciendo: —Salvó a otros; que se salve a sí mismo ahora, si de veras es el Mesías de Dios y su escogido. Los soldados también se burlaban de Jesús. Se acercaban y le daban a beber vino agrio, diciéndole: —¡Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo! Y había un letrero sobre su cabeza, que decía: «Este es el Rey de los judíos.»