Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

Génesis 27:1-19

Génesis 27:1-19 DHH94I

Isaac estaba ya muy viejo, y se había quedado ciego. Un día llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: —¡Hijo mío! —Dime, padre —contestó Esaú. —Ya ves que estoy muy viejo —dijo Isaac—, y un día de estos me puedo morir. Por eso quiero que vayas al monte con tu arco y tus flechas para cazar algún animal. Prepara luego un guisado sabroso, como a mí me gusta, y tráelo para que yo lo coma. Entonces te daré mi bendición antes de morir. Pero Rebeca estaba oyendo lo que Isaac le decía a Esaú. Por eso, en cuanto este se fue al monte a cazar algo para su padre, ella dijo a Jacob, su hijo menor: —Mira, oí que tu padre estaba hablando con tu hermano Esaú, y que le decía: “Caza algún animal, prepara un guisado sabroso para que yo lo coma, y te daré mi bendición delante del Señor antes de morir.” Así que, hijo mío, escucha bien lo que te voy a decir: Ve a donde está el rebaño, y tráeme dos de los mejores cabritos; voy a prepararle a tu padre un guisado sabroso, como a él le gusta. Tú se lo vas a llevar para que lo coma, y así te dará a ti su bendición antes de morir. Pero Jacob le dijo a su madre: —Mi hermano tiene mucho pelo en el cuerpo, y yo no. Si mi padre llega a tocarme y me reconoce, va a pensar que me estoy burlando de él; entonces haré que me maldiga en lugar de que me bendiga. Pero su madre le contestó: —Hijo mío, que esa maldición recaiga sobre mí. Tú haz lo que te digo y tráeme esos cabritos. Jacob fue por los cabritos y se los trajo a su madre. Ella preparó entonces un guisado sabroso, como a Isaac le gustaba, sacó la mejor ropa de Esaú, su hijo mayor, que estaba guardada en la casa, y se la puso a Jacob, su hijo menor. Luego, con la piel de los cabritos, le cubrió a Jacob los brazos y la parte del cuello donde no tenía pelo, y le dio el guisado y el pan que había preparado. Entonces Jacob entró donde estaba su padre, y le dijo: —¡Padre! —Aquí estoy. ¿Cuál de mis hijos eres tú? —preguntó Isaac. —Soy Esaú, tu hijo mayor —contestó Jacob—. Ya hice lo que me dijiste. Levántate, por favor; siéntate y come del animal que he cazado, y dame tu bendición.