Eliab, el hermano mayor de David, se enojó mucho al verlo hablar con los soldados y le reclamó: —¿Qué estás haciendo aquí? ¿Con quién dejaste el rebaño en el desierto? ¡Ya sé a qué viniste! No quisiste hacer tus deberes y solo viniste para ver la batalla. David le dijo: —¿Y ahora qué hice? Solo preguntaba. David les preguntó lo mismo a otros soldados y todos le respondían lo mismo. Algunos oyeron hablar a David y lo llevaron frente a Saúl para decirle lo que este estaba diciendo. David le dijo a Saúl: —El pueblo no debería dejarse intimidar por ese tal Goliat. Como siervo tuyo, yo enfrentaré a ese filisteo. Saúl le contestó: —Tú no puedes salir a enfrentar a este filisteo. Todavía eres muy joven. Además, Goliat ha sido un guerrero desde niño. Pero David insistió: —Cuando cuido el rebaño de mi papá y viene un león o un oso a llevarse una de las ovejas, yo lo persigo, lo ataco y recupero la oveja. El animal salvaje me brinca, pero lo agarro de la piel debajo de su hocico y lo golpeo hasta matarlo. Así maté un león y un oso. ¡Y así mataré a ese filisteo pagano! Morirá por haberse burlado del ejército del Dios viviente. El SEÑOR me salvó del león y del oso, y también me salvará de este filisteo. Saúl le dijo a David: —Ve y que el SEÑOR te acompañe.
Leer 1 Samuel 17
Compartir
Comparar todas las versiones: 1 Samuel 17:28-37
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos