»Toda palabra de Dios
ha pasado la prueba de fuego.
Dios protege como escudo
a los que buscan su protección.
No añadas a sus palabras
ninguna idea tuya,
porque puede reprenderte
y mostrar que eres un mentiroso.
»Dios mío,
antes de mi muerte
concédeme solo dos cosas;
¡no me las niegues!
Manténme alejado de la mentira,
y no me hagas pobre ni rico;
¡aléjame de toda falsedad
y dame solo el pan de cada día!
Porque si llego a ser rico
tal vez me olvide de ti
y hasta me atreva a decir
que no te conozco.
Y si vivo en la pobreza,
puedo llegar a robar
y así ponerte en vergüenza.
»No hables mal de un esclavo
ante su amo,
porque el esclavo podría
hablar mal de ti
y quedarás en ridículo ante todos.
»Algunos hablan mal de sus padres,
y hasta los maldicen.
Hay quienes se creen perfectos,
pero están llenos de pecado.
Hay quienes se creen superiores,
y a todos miran con desprecio.
Hay quienes aman tanto el dinero
que despojan a los pobres
y a los indefensos de este mundo;
les sacan hasta el último centavo,
y los dejan desnudos en la calle.
»La chupasangre tiene dos hijas:
una se llama “Dame”,
y la otra, “Damemás”.
Es amiga del que ama el dinero,
pues este siempre quiere más.
»Hay tres, y hasta cuatro cosas
que nunca quedan satisfechas:
la mujer estéril que pide hijos,
la tierra que pide más agua,
el fuego que pide más leña
y la tumba que pide más muertos.
»El que desobedece
y desprecia a sus padres,
bien merece
que los cuervos le saquen los ojos
y que los buitres se lo coman vivo.
»Hay tres, y hasta cuatro cosas
que me parecen increíbles
y que no alcanzo a comprender:
cómo saber que un águila
ha pasado por el cielo;
cómo saber que una serpiente
ha pasado por una roca;
cómo saber que un barco
ha pasado por el mar;
y cómo saber que un hombre
se ha acostado con una mujer.
»La mujer infiel se acuesta
con otro hombre,
luego se baña y dice:
“¡Aquí no ha pasado nada!”
»Hay tres, y hasta cuatro personas
que la tierra no soporta
y que la hacen estremecerse:
El sirviente
que llega a gobernar,
el tonto
que llega a ser muy rico,
la mujer infiel
que vuelve a casarse,
y la sirvienta que llega a ser
la señora de la casa.
»Hay cuatro cosas en el mundo
que a pesar de ser pequeñas
son más sabias que los sabios:
Las hormigas,
insectos muy pequeños
que guardan comida en el verano,
para tener suficiente en el invierno;
los tejones,
animalitos que por ser indefensos
hacen sus cuevas entre las rocas;
los saltamontes,
que aunque no tienen comandante
son tan ordenados y disciplinados
como un ejército,
y las lagartijas,
que son fáciles de atrapar
pero viven libres en los palacios.
»Hay tres, y hasta cuatro cosas
que caminan con elegancia:
el león con su gran melena,
que sin miedo reina en la selva;
el gallo vanidoso,
con su roja cresta;
el carnero de la montaña
con sus enormes cuernos;
y el rey con su corona de oro
que marcha frente a su ejército.
»Si te portas como un tonto,
y te crees muy importante
y haces planes contra otros,
ten presente lo siguiente:
Si bates la leche, sacarás mantequilla;
si te suenas fuerte la nariz,
te sacarás sangre;
y si buscas pleitos, pleitos tendrás».