También les dijo:
«Supongamos que, a medianoche, uno de ustedes va a la casa de un amigo y le dice: “Vecino, préstame por favor tres panes. Un amigo mío, que está de viaje, ha llegado y va a quedarse en mi casa; ¡no tengo nada para darle de comer!” Supongamos también que el vecino le responda así: “¡No me molestes! La puerta ya está cerrada con llave, y mi familia y yo estamos acostados. No puedo levantarme a darte los panes.” Si el otro siguiera insistiendo, de seguro el vecino le daría lo que necesitara, no tanto porque aquel fuera su amigo, sino para no ser avergonzado ante el pueblo.
»Por eso les digo esto: pidan a Dios y él les dará, hablen con Dios y encontrarán lo que buscan, llámenlo y él los atenderá. Porque el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama, es atendido.
»¿Alguno de ustedes le daría a su hijo una serpiente si él le pidiera un pescado? ¿O le daría un escorpión si le pidiera un huevo? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con mayor razón Dios, su Padre que está en el cielo, dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan.»
Jesús expulsó a un demonio que había dejado mudo a un hombre. Cuando el demonio salió, el hombre empezó a hablar.
La gente estaba asombrada por lo que hizo Jesús, pero algunas personas dijeron: «Jesús libera de los demonios a la gente porque Beelzebú, el jefe de los demonios, le da poder para hacerlo.»
Otros querían ponerle una trampa a Jesús. Por eso le pidieron un milagro que demostrara que había sido enviado por Dios. Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo:
«Si los habitantes de un país se pelean entre ellos, el país se destruirá. Si los miembros de una familia se pelean entre sí, la familia también se destruirá. Y si Satanás lucha contra sí mismo, destruirá su propio reino. Ustedes dicen que yo expulso a los demonios por el poder de Satanás. Si eso fuera verdad, entonces ¿quién les da poder a los discípulos de ustedes para echar fuera demonios? Si ustedes me responden que Dios les da ese poder, eso demuestra que están equivocados. Y si yo echo fuera a los demonios con el poder de Dios, eso demuestra que el reino de Dios ya está aquí.