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Isaías 59:3-17

Isaías 59:3-17 TLA

»Ustedes tienen las manos llenas de sangre por los crímenes que han cometido. Ustedes mienten y maldicen. Nadie se presenta ante el juez con buenas intenciones, y en los juicios falta la honradez. Confían en la mentira y nadie dice la verdad. Están llenos de maldad y no lo disimulan. »Ustedes solo planean maldades, y traen la muerte a todos. Viven haciendo el mal, y están enredados en la violencia. Se apresuran a cometer crímenes y corren a derramar sangre inocente; a su paso quedan solo ruinas. »No son gente de paz ni hay rectitud en sus acciones. Su conducta está torcida, y los que andan con ellos tampoco vivirán en paz». El pueblo de Israel dijo: «Por causa de nuestra maldad la justicia no se cumple entre nosotros: esperábamos vivir en la luz, pero nos hemos quedado en tinieblas. Caminamos como ciegos, tocando la pared; tropezamos en pleno mediodía como si fuera de noche; aunque parezcamos tener vida, en realidad estamos muertos. Nos pasamos la vida llorando, y esperando que se nos haga justicia, pero Dios no viene en nuestra ayuda. »Hemos ofendido a Dios, y nuestros pecados nos acusan; nuestras maldades nos acompañan, y reconocemos nuestras culpas. Hemos sido infieles a Dios, no lo hemos obedecido; somos violentos y traicioneros, y engañamos a la gente. Nos hemos burlado de la justicia y Dios no viene a salvarnos. La sinceridad está por los suelos; ya no hay honradez, y al que hace el bien se le quita lo que tiene». Isaías dijo: «Dios se mostró muy disgustado al ver la falta de justicia. Vio con sorpresa que esto a nadie le importaba. Entonces decidió usar su propio poder y así nos dio la salvación. Tomó la justicia como escudo y se puso la salvación como casco; la venganza lo cubrió como una capa y el enojo lo envolvió como un manto

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