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Gálatas 3:1-12

Gálatas 3:1-12 TLA

¡Ay, gálatas, qué tontos son ustedes! ¡Hasta parece que estuvieran embrujados! Yo mismo les di una explicación clara de cómo murió Jesucristo en la cruz. Solo quiero que me digan una cosa: Cuando recibieron el Espíritu de Dios ¿fue por obedecer la ley, o por aceptar la buena noticia? ¡Claro que fue por aceptar la buena noticia! Y si esto fue así, ¿por qué no quieren entender? Si para comenzar esta nueva vida necesitaron la ayuda del Espíritu de Dios, ¿por qué ahora quieren terminarla mediante sus propios esfuerzos? ¿Tantos sufrimientos, para nada? ¡Aunque no creo que no hayan servido de nada! Dios no les ha dado el Espíritu, ni ha hecho milagros entre ustedes, solo porque ustedes obedecen la ley. ¡No! Lo hace porque ustedes aceptaron el mensaje de la buena noticia. Dios aceptó a Abraham porque él confió en Dios. Sepan, entonces, que los verdaderos descendientes de Abraham son todos los que confían en Dios. Desde mucho antes, la Biblia decía que Dios también iba a aceptar a los que no son judíos, siempre y cuando pusieran su confianza en Jesucristo. Por eso Dios le dio a Abraham esta buena noticia: «Gracias a ti, bendeciré a todas las naciones.» Así que Dios bendecirá, por medio de Abraham, a todos los que confían en él como Abraham lo hizo. Pero corren un grave peligro los que buscan agradar a Dios obedeciendo la ley, porque la Biblia dice: «Maldito sea el que no obedezca todo lo que la ley ordena.» Nadie puede agradar a Dios solo obedeciendo la ley, pues la Biblia dice: «Los que Dios ha aceptado, y que confían en él, vivirán para siempre.» Pero para tener vida eterna por medio de la ley no haría falta confiar en Dios; solo habría que obedecer la ley. Por eso dice la Biblia: «El que obedece la ley se salvará por su obediencia.»