En efecto, como el rey de Egipto se había enterado del asunto, mandó a buscar a Moisés para matarlo. Pero Moisés huyó y se fue a un lugar llamado Madián. Cuando llegó allá, se sentó a descansar junto a un pozo de agua. Poco después llegaron siete muchachas a sacar agua para darles de beber a sus ovejas. Todas ellas eran hijas de Jetró, el sacerdote de Madián. También llegaron unos pastores y les dijeron a las muchachas que se fueran de allí. Pero Moisés las defendió, y dio de beber a las ovejas. Cuando las muchachas llegaron a su casa, su padre les preguntó: —¿Por qué volvieron tan temprano? Ellas le respondieron: —Resulta que un egipcio nos defendió de unos pastores. Y no solo eso, ¡sino que también sacó agua del pozo y dio de beber a las ovejas! —¿Y dónde está? —les preguntó su padre. ¿Por qué lo dejaron solo? ¡Vayan, invítenlo a comer con nosotros! Durante la comida, Jetró invitó a Moisés a quedarse a vivir con ellos, y él aceptó. Tiempo después, Jetró dejó que su hija Séfora se casara con Moisés. Cuando Séfora tuvo un hijo, Moisés le puso por nombre Guersón, que quiere decir «extranjero», pues dijo: «Aquí soy solo un extranjero».
Leer Éxodo 2
Compartir
Comparar todas las versiones: Éxodo 2:15-22
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos