El rey dijo a sus sirvientes: —Vayan a buscar a Amán enseguida, para que vayamos al banquete de Ester. Así que el rey y Amán fueron al banquete. Mientras bebían vino, el rey le preguntó a Ester: —¿Qué es lo que deseas? Pídeme lo que quieras. Hasta la mitad de mi reino te daría. Ester le respondió: —Si he agradado a Su Majestad, y le parece bien cumplir mis deseos, me gustaría que usted y Amán vengan a otro banquete que les prepararé mañana. Allí le diré qué es lo que deseo. Aquel día, Amán se fue alegre y contento. Pero cuando llegó a la entrada del palacio y vio que Mardoqueo no se ponía de pie, y ni siquiera se movía, se enfureció mucho. Sin embargo, no lo demostró, sino que se fue a su casa y mandó buscar a sus amigos y a su esposa Zeres. Amán les habló de las grandes riquezas que poseía, de cuántos hijos tenía, de todos los honores que había recibido del rey, y de cómo le había dado autoridad sobre los asistentes y colaboradores del reino. Después les dijo: —La reina Ester invitó solo al rey y a mí al banquete que ella había preparado. Y nos ha invitado a otro banquete que ofrecerá mañana. Pero este gozo se me acaba cuando veo a ese judío Mardoqueo sentado a la entrada del palacio. Entonces su esposa Zeres y todos sus amigos le aconsejaron
Leer Ester 5
Compartir
Comparar todas las versiones: Ester 5:5-14
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos