Esa clase de gente es enemiga de que se dé a conocer el verdadero mensaje de Dios. Tiene la mente corrompida, y no ha aprendido a confiar en Dios. Pero no seguirá así por mucho tiempo. Todos habrán de darse cuenta de que esa gente es estúpida, como lo eran Janes y Jambrés, los magos que estaban en contra de Moisés. Pero tú, Timoteo, conoces bien mis enseñanzas, mi manera de vivir y de pensar, y sabes cuánto confío en Dios. Tú has visto mi paciencia, mi amor y mi fuerza para soportar las dificultades. Sabes cómo me han maltratado, y cómo he sufrido en las ciudades de Antioquía, Iconio y Listra. Pero el Señor Jesucristo me libró de todo eso. Bien sabemos que todo el que desee vivir obedeciendo a Jesucristo será maltratado. Pero los malvados y los engañadores irán de mal en peor, y engañarán a unos, pero serán engañados por otros. Tú debes seguir creyendo en lo que aprendiste, y que sabes que es la verdad. Después de todo, conoces muy bien a quienes te lo han enseñado. Recuerda que desde niño has leído la Biblia, y que sus enseñanzas pueden hacerte sabio, para que aprendas a confiar más en Jesucristo y así seas salvo. Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir. De ese modo, los servidores de Dios estarán completamente entrenados y preparados para hacer el bien.
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