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Levítico 14:31-57

Levítico 14:31-57 RVC

uno de ellos como sacrificio de expiación por el pecado, y el otro en holocausto, además de la ofrenda. Así el sacerdote hará expiación delante del Señor por el que se purifica.» Esta ley es para los que han tenido una plaga de lepra y no tienen más que dar para su purificación. El Señor habló con Moisés y Aarón, y les dijo: «Cuando ustedes hayan entrado ya en la tierra de Canaán, la cual yo les doy en posesión, si acaso pongo plaga de lepra en alguna casa de esa tierra, el dueño de la casa se presentará ante el sacerdote y le dirá: “En mi casa ha aparecido algo que parece una plaga.” »Antes de entrar a examinar la plaga, el sacerdote mandará desocupar la casa, para que no se contamine todo lo que haya en ella; después de eso, el sacerdote entrará y la examinará. Si al examinarla se ve que la casa tiene en las paredes manchas verdosas o rojizas, y que estas se ven más hundidas que la superficie de la pared, el sacerdote saldrá de la casa y la mantendrá cerrada durante siete días. Al séptimo día, volverá y la examinará. Si la plaga se ha extendido por las paredes de la casa, el sacerdote ordenará que se quiten las piedras donde esté la plaga, y que sean arrojadas fuera de la ciudad, en un lugar impuro. Luego ordenará que se raspe la casa por dentro y a su alrededor, que el barro raspado se arroje fuera de la ciudad, en un lugar impuro, y que las piedras que se hayan quitado se repongan con otras piedras nuevas, y que se recubra la casa con barro nuevo. »Si después de arrancar las piedras y de raspar la casa, y de haberla recubierto con barro nuevo, la plaga vuelve a brotar, el sacerdote irá a la casa y la examinará. Si la plaga parece haberse extendido en la casa, entonces se trata de lepra maligna y la casa será declarada impura. Por lo tanto, se derribará la casa, y sus piedras y maderos, y toda la mezcla, se arrojarán fuera de la ciudad, en un lugar impuro. »Cualquiera que entre en esa casa durante los días en que el sacerdote ordenó cerrarla, se quedará impuro hasta el anochecer. »Cualquiera que duerma en esa casa deberá lavar sus vestidos. »Cualquiera que coma en esa casa deberá lavar sus vestidos. »Pero si el sacerdote entra a examinarla, y ve que la plaga no se ha extendido en la casa después de haber sido recubierta, declarará limpia la casa porque la plaga ha desaparecido. Para limpiar la casa tomará dos aves, madera de cedro, grana e hisopo, y degollará una de las aves en una vasija de barro con agua corriente. Tomará luego el cedro, el hisopo, la grana y el ave viva, y los mojará en la sangre del ave muerta y en las aguas corrientes, y rociará la casa siete veces. Purificará la casa con la sangre del ave, con el agua corriente, y con el ave viva, la madera de cedro, el hisopo y la grana. Luego soltará el ave viva en el campo, fuera de la ciudad. Así el sacerdote hará expiación por la casa, y esta quedará purificada.» Esta es la ley acerca de toda plaga de lepra y de tiña, y de lepra del vestido y de la casa, y acerca de la hinchazón, la erupción y la mancha blanca, para enseñar al pueblo lo que es puro y lo que es impuro. Esta es la ley acerca de la lepra.

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