La mano del Señor vino y se posó sobre mí, y en el espíritu del Señor me llevó hasta un valle que estaba lleno de huesos, y me puso en medio de ese valle. Luego me hizo dar de vueltas y pasar cerca de los huesos, los cuales eran muchísimos y bastante secos, y estaban a flor de tierra. Y el Señor me preguntó: «Hijo de hombre, ¿cobrarán vida estos huesos?» Yo le contesté: «Señor y Dios, tú lo sabes.» Entonces el Señor me dijo: «Profetiza sobre estos huesos, y diles: “Huesos secos, oigan la palabra del Señor. Esto es lo que Dios el Señor les dice: ‘Huesos, voy a hacer que entre en ustedes el espíritu, y ustedes volverán a vivir. Voy a poner tendones en ustedes, y volveré a cubrirlos de carne y de piel; pondré también el espíritu en ustedes, y volverán a vivir.’ Así sabrán que yo soy el Señor.”» Yo profeticé, tal y como se me ordenó, y mientras yo profetizaba hubo un ruido y un temblor, y los huesos se juntaron el uno con el otro. Me fijé, y vi que ya tenían tendones, y que se cubrían de carne, y que se iban revistiendo de piel. Pero aún no había en ellos espíritu. Entonces el Señor me dijo: «Hijo de hombre, profetiza al espíritu. Háblale y dile que así ha dicho Dios el Señor: “Espíritu, ven de los cuatro vientos y sopla sobre estos huesos muertos, para que cobren vida.”»
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La rutina ministerial, muchas veces nos lleva a cansancio, desconexión, falta de pasión y por ende pérdida de propósito. Muchos atravesamos etapas en nuestra vida de servicio a Dios, nunca nos detenemos. Te animo a poder unirnos en estos días, para aprender a detenernos, examinarnos y dar pasos seguros en Dios.
Los sueños pueden revelar ataques espirituales. Entender y responder adecuadamente a estas manifestaciones se convierte en algo esencial. Este plan explora cómo interpretar estas visiones nocturnas y utilizar la oración y la profecía para reclamar la victoria espiritual. Descubra los principios bíblicos para desactivar los ataques demoníacos y fortalecer su caminar con Dios.
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El Espíritu Santo está lo suficientemente cerca como para estar contigo en cada experiencia de tu día a día. Está a tu lado, como un auxiliar o un compañero. No solo eso, sino que además está en ti. Esto significa que el Espíritu Santo camina a tu lado y, al mismo tiempo, hace Su morada dentro de ti.
La visión del valle de los huesos secos, no solo fue un mensaje profético para los exiliados judíos en Babilonia, sino que tiene una resonancia universal y perenne. Cada generación, efectivamente, se enfrenta a sus propios "valles de huesos secos": momentos de desesperanza colectiva, de destrucción espiritual, social o política, donde la vida parece haberse ido y lo único que queda es la muerte, el caos y la sequedad de una humanidad herida.
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