Moisés apartó tres ciudades en la ribera oriental del Jordán, hacia la salida del sol,
para que pudiera huir allá quien, sin proponérselo y sin mediar antes enemistad con su prójimo, cometiera un homicidio, pues huyendo a una de estas ciudades el homicida podría salvar su vida.
Para los rubenitas apartó Beser, que estaba en el desierto, en la llanura; para los gaditas apartó Ramot, en Galaad; y para los de Manasés apartó Golán, en Basán.
Esta es la ley que Moisés expuso a los hijos de Israel,
y estos son los testimonios, los estatutos y los decretos que, cuando salieron de Egipto, Moisés comunicó a los hijos de Israel
en este lado del Jordán, en el valle que está delante de Bet Pegor, ya en territorio de Sijón, el rey de los amorreos que reinaba en Jesbón, y al cual Moisés derrotó cuando salieron de Egipto. Y los hijos de Israel
tomaron posesión de su tierra y de la tierra de Og, el rey de Basán. Estos dos reyes amorreos estaban en la ribera oriental del Jordán, y su territorio iba
de Aroer, en la ribera del arroyo Arnón, hasta el monte Sión, que es Hermón,
y por todo el Arabá, en la ribera oriental del Jordán, hasta el mar del Arabá, en la falda del monte Pisga.