También debes saber que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos,
y que habrá hombres amantes de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,
sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,
traidores, impetuosos, envanecidos, que amarán los deleites más que a Dios,
que parecerán muy piadosos, pero negarán la eficacia de la piedad; evítalos.
Porque son estos los que se meten en las casas y cautivan a mujeres débiles y cargadas de pecados, que se dejan llevar por sus malos deseos,
que siempre están aprendiendo y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad.
Y así como Janes y Jambres se opusieron a Moisés, también estos hombres se oponen a la verdad; su entendimiento está corrompido, y en cuanto a la fe están descalificados.
Pero no podrán seguir avanzando, porque su insensatez se hará evidente a todos, como también lo fue la de aquellos.
Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia,
persecuciones y padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio y en Listra; persecuciones que he sufrido, y de las cuales me ha librado el Señor.
También todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución;
pero los hombres malvados y los engañadores irán de mal en peor: engañarán y serán engañados.
Tú, por tu parte, persiste en lo que has aprendido y en lo que te persuadiste, pues sabes de quién has aprendido;
tú desde la niñez has conocido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.