La renta que Salomón recibía anualmente era de veintidós mil kilos de oro, sin contar los tributos de los mercaderes, de las especias, y de los reyes de Arabia y los gobernadores del país. Además, el rey Salomón mandó forjar doscientos grandes escudos bañados en oro. En cada escudo se emplearon seis kilos de oro. También mandó forjar otros trescientos escudos más pequeños, bañados en oro, que hizo colocar en el palacio conocido como Bosque del Líbano. En cada uno se emplearon un kilo y medio de oro. Luego mandó hacer un gran trono de marfil recubierto del oro más refinado. El trono tenía seis escalones; el respaldo era redondo y con brazos laterales, junto a los cuales había dos leones. En los seis escalones había doce leones, puestos uno frente al otro en cada escalón. En ningún otro reino conocido había un trono tan suntuoso. Toda la vajilla y todas las copas del palacio del Bosque del Líbano eran de oro fino. De plata no había nada, porque en los días de Salomón la plata no era apreciada. Y como el rey Salomón tenía una flota de naves de Tarsis junto con la flota de Jirán, una vez cada tres años llegaban las naves de Tarsis cargadas con oro, plata, marfil, monos y pavos reales. Las riquezas y la sabiduría de Salomón excedían a las de todos los reyes de la tierra. Muchos procuraban ver al rey Salomón para escuchar de sus labios la sabiduría que el Señor le había dado, y cada año le llevaban valiosos presentes: alhajas de oro y de plata, vestiduras finas, armas, especias aromáticas, y caballos y mulos. Salomón llegó a reunir mil cuatrocientos carros de guerra y doce mil jinetes. Los carros estaban en los cuarteles destinados a ellos, y también al cuidado de la guardia real en Jerusalén. Salomón tenía tantas riquezas que la plata llegó a ser tan común como las piedras, y la madera de cedro como las higueras silvestres de los llanos. Los mercaderes de Salomón compraban a Egipto caballos y telas finas. Los carros que salían de Egipto costaban seiscientas monedas de plata, y los caballos, ciento cincuenta; y así eran vendidos a los reyes hititas y sirios.
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