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Salmo 3:1-8

Salmo 3:1-8 NVI

Muchos son, SEÑOR, mis enemigos; muchos son los que se me oponen, y muchos los que de mí aseguran: «Dios no lo salvará». Selah Pero tú, SEÑOR, eres el escudo que me protege; tú eres mi gloria; tú mantienes en alto mi cabeza. Clamo al SEÑOR a voz en cuello y desde su monte santo él me responde. Selah Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el SEÑOR me sostiene. No me asustan los miles de escuadrones que me acosan por doquier. ¡Levántate, SEÑOR! ¡Ponme a salvo, Dios mío! ¡Rómpeles la quijada a mis enemigos! ¡Rómpeles los dientes a los malvados! Tuya es, SEÑOR, la salvación; ¡envía tu bendición sobre tu pueblo! Selah