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Salmo 118:13-29

Salmo 118:13-29 NVI

Me empujaron con violencia para que cayera, pero el SEÑOR me ayudó. El SEÑOR es mi fuerza y mi canción; ¡él es mi salvación! Gritos de júbilo y salvación resuenan en las casas de los justos: «¡La diestra del SEÑOR hace proezas! ¡La diestra del SEÑOR es exaltada! ¡La diestra del SEÑOR hace proezas!». No he de morir; he de vivir para proclamar las obras del SEÑOR. El SEÑOR me ha castigado con dureza, pero no me ha entregado a la muerte. Ábranme las puertas de la justicia para que entre yo a dar gracias al SEÑOR. Esta es la puerta del SEÑOR, por ella entran los justos. ¡Te daré gracias porque me respondiste, porque eres mi salvación! La piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular. Esto ha sido obra del SEÑOR y nos deja maravillados. Este es el día que hizo el SEÑOR; regocijémonos y alegrémonos en él. SEÑOR, te ruego, ¡danos la salvación! SEÑOR, te ruego, ¡concédenos la victoria! Bendito el que viene en el nombre del SEÑOR. Desde la casa del SEÑOR los bendecimos. El SEÑOR es Dios y nos ilumina. Con ramas en las manos, únanse a la procesión festiva hasta los cuernos del altar. Tú eres mi Dios, por eso te doy gracias; tú eres mi Dios, por eso te exalto. Den gracias al SEÑOR porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.