Por aquellos días, Augusto César decretó que se levantara un censo en todo el Imperio romano. Este primer censo se efectuó cuando Cirenio gobernaba en Siria. Así que iban todos a inscribirse, cada cual a su propio pueblo. También José, que era descendiente del rey David, subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a Judea. Fue a Belén, la Ciudad de David, para inscribirse junto con María, que estaba comprometida para casarse con él. Ella se encontraba embarazada y mientras estaban allí se le cumplió el tiempo. Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada. En esa misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, turnándose para cuidar su rebaño. Sucedió que un ángel del Señor se les apareció. La gloria del Señor los envolvió en su luz y se llenaron de temor. Pero el ángel dijo: «No tengan miedo. Miren que traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor.
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3 Dias
En un mundo lleno de dificultades, ¿Cómo podemos tener esperanza? Tal vez te preguntes. La respuesta sigue siendo la misma hoy que hace 2000 años en Belén. Un bebé envuelto en pañales. Paradójicamente, para que exista la esperanza, desafortunadamente parece que primero tiene que haber desesperanza. En un mundo perfecto no se necesitaría tener esperanza.
4 Dias
Toda historia tiene un papel principal, acompañado de otros papeles secundarios. Pero por encima de toda historia personal, está la gran historia. Viendo y reconociendo el papel principal de Jesús, sin duda tu historia será muy diferente. Te invitamos a la reflexión a través de este devocional en el evangelio de Lucas, para que Él tenga el auténtico papel principal.
4 dias
Es difícil esperar en el Señor cuando entendemos que nuestras necesidades son apremiantes y pensamos que la respuesta de Dios debería ser más rápida. El Señor nos enseña, que nunca llega tarde, nunca fuera de tiempo, siempre en el momento preciso. Jesús era la promesa esperada por el pueblo de Israel; pero tanto la espera como su llegada, nos enseñan también a esperar y recibir nuestras propias promesas.
En el mes de diciembre conmemoramos el nacimiento de Jesús, el suceso que partiría en dos la historia de la humanidad. Las profecías acerca del nacimiento y el ministerio en la tierra del Mesías se cumplieron en Jesús.
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