Pero el SEÑOR bajó para observar la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo. Entonces el SEÑOR dijo: «Todos forman un solo pueblo y hablan un solo idioma; esto es solo el comienzo de sus obras y todo lo que se propongan lo podrán lograr. Será mejor que bajemos a confundir su idioma para que ya no se entiendan entre ellos mismos».
De esta manera el SEÑOR los dispersó desde allí por toda la tierra; por lo tanto, dejaron de construir la ciudad. Por eso a la ciudad se le llamó Babel, porque fue allí donde el SEÑOR confundió el lenguaje de todos los habitantes de la tierra y los dispersó por todo el mundo.
Esta es la historia de Sem:
Dos años después del diluvio, cuando Sem tenía cien años, nació su hijo Arfaxad. Después del nacimiento de Arfaxad, Sem vivió quinientos años más y tuvo otros hijos y otras hijas.
Cuando Arfaxad tenía treinta y cinco años, nació su hijo Selaj. Después del nacimiento de Selaj, Arfaxad vivió cuatrocientos tres años más y tuvo otros hijos y otras hijas.
Cuando Selaj tenía treinta años, nació su hijo Éber. Después del nacimiento de Éber, Selaj vivió cuatrocientos tres años más y tuvo otros hijos y otras hijas.
Cuando Éber tenía treinta y cuatro años, nació su hijo Péleg. Después del nacimiento de Péleg, Éber vivió cuatrocientos treinta años más y tuvo otros hijos y otras hijas.
Cuando Péleg tenía treinta años, nació su hijo Reú. Después del nacimiento de Reú, Péleg vivió doscientos nueve años más y tuvo otros hijos y otras hijas.
Cuando Reú tenía treinta y dos años, nació su hijo Serug. Después del nacimiento de Serug, Reú vivió doscientos siete años más y tuvo otros hijos y otras hijas.
Cuando Serug tenía treinta años, nació su hijo Najor. Después del nacimiento de Najor, Serug vivió doscientos años más y tuvo otros hijos y otras hijas.
Cuando Najor tenía veintinueve años, nació su hijo Téraj. Después del nacimiento de Téraj, Najor vivió ciento diecinueve años más y tuvo otros hijos y otras hijas.
Después de haber vivido setenta años, Téraj tuvo a sus hijos Abram, Najor y Harán.
Esta es la historia de Téraj, el padre de Abram, Najor y Harán.
Harán fue el padre de Lot y murió en Ur de los caldeos, su tierra natal, cuando su padre Téraj aún vivía. Abram se casó con Saray y Najor se casó con Milca, la hija de Harán, el cual tuvo otra hija llamada Iscá. Pero Saray era estéril; no podía tener hijos.
Téraj salió de Ur de los caldeos rumbo a Canaán. Se fue con su hijo Abram, su nieto Lot, hijo de Harán, y su nuera Saray, la esposa de Abram. Sin embargo, al llegar a la ciudad de Jarán, se quedaron a vivir en aquel lugar y allí mismo murió Téraj a los doscientos cinco años.