Yo, el SEÑOR y Dios, les aseguro que, tan cierto como que yo vivo, reinaré sobre ustedes con gran despliegue de fuerza, poder y furia incontenible. Los sacaré de las naciones y de los pueblos por donde estaban esparcidos; los reuniré con gran despliegue de fuerza y de poder, y con furia incontenible. Los llevaré al desierto que está entre las naciones y allí los juzgaré cara a cara. Así como juzgué a sus antepasados en el desierto de Egipto, también los juzgaré a ustedes. Yo, el SEÑOR y Dios, lo afirmo. Los haré pasar a ustedes bajo mi vara y los haré entrar al vínculo del pacto. Apartaré a los rebeldes, a los que se rebelan contra mí, y los sacaré del país donde ahora viven como extranjeros, pero no entrarán en la tierra de Israel. Entonces ustedes reconocerán que yo soy el SEÑOR.
»”En cuanto a ustedes, pueblo de Israel, así dice el SEÑOR y Dios: Si no quieren obedecerme, ¡vayan y adoren a sus ídolos! Pero no sigan profanando mi santo nombre con sus ofrendas y sus ídolos. Porque en mi monte santo, el monte elevado de Israel, me adorará todo el pueblo de Israel; todos los que habitan en el país. Yo, el SEÑOR y Dios, lo afirmo. Allí los recibiré y exigiré sus ofrendas y sus primicias, con todos los sacrificios sagrados. Cuando yo los saque a ustedes y los reúna de todas las naciones y pueblos donde estarán esparcidos, en presencia de las naciones los recibiré como ofrenda de olor grato y les manifestaré mi santidad. Y, cuando yo los lleve a la tierra de Israel, al país que juré solemnemente dar a sus antepasados, entonces reconocerán que yo soy el SEÑOR. Allí se acordarán de su conducta y de todas sus acciones con las que se contaminaron; sentirán asco de sí mismos por todas las maldades que cometieron. Pueblo de Israel, cuando yo actúe en favor de ustedes, en honor a mi nombre y no según su mala conducta y sus obras corruptas, entonces ustedes reconocerán que yo soy el SEÑOR. Yo, el SEÑOR y Dios, lo afirmo”».