Después de que Saúl regresó de pelear contra los filisteos, se le informó que David se había ido al desierto de En-gadi. Entonces Saúl escogió a tres mil soldados selectos de todo Israel y fue en busca de David y de sus hombres cerca de los peñascos de las cabras salvajes. En el lugar donde el camino pasaba por algunos rediles, Saúl entró en una cueva para hacer sus necesidades. ¡Pero resultó que David y sus hombres estaban escondidos más adentro de esa misma cueva! «¡Ahora es tu oportunidad! —los hombres le susurraron a David—. Hoy el SEÑOR te dice: “Te aseguro que pondré a tu enemigo en tu poder, para que hagas con él lo que desees”». Entonces David se le acercó sigilosamente y cortó un pedazo del borde del manto de Saúl. Pero comenzó a remorderle la conciencia por haber cortado el manto de Saúl, y les dijo a sus hombres: «Que el SEÑOR me libre de hacerle tal cosa a mi señor el rey. No debo atacar al ungido del SEÑOR, porque el SEÑOR mismo lo ha elegido».
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7 Dias
No hay montaña tan alta que la fe que se nos ha dado no pueda escalar; no importa el caos que pueda haber a nuestro alrededor, cuando nuestros ojos están mirando hacia la dirección correcta "Jesús" no hay nada que pueda derribar la victoria que tenemos garantizada por fe en su Nombre.
11 Dias
David fue un hombre con virtudes y defectos. El dulce cantor de Israel, conforme al corazón de Dios, quien guío y apacentó a Su pueblo, pero también fue un adúltero y homicida. Se arrepintió, Dios lo perdonó y restauró, no obstante sufrió las consecuencias de su pecado. Así como David, nosotros somos seres humanos, falibles y frágiles, y Dios también nos quiere y nos puede usar para Sus propósitos.
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