La Escritura dice: «El que confíe en él, no quedará defraudado.» No hay diferencia entre los judíos y los no judíos; pues el mismo Señor es Señor de todos, y da con abundancia a todos los que lo invocan. Porque esto es lo que dice: «Todos los que invoquen el nombre del Señor, alcanzarán la salvación.»