– Cuídense de los maestros de la ley, a ellos les encanta desfilar con prendas ostentosas, les gusta llamar la atención en los lugares públicos, se sientan en los lugares de honor en las sinagogas y aman tener los mejores lugares en los banquetes; pero hacen todo eso a costa de los más débiles e indefensos, como por ejemplo, se roban los bienes de las viudas y para disimularlo hacen largas oraciones. Por eso Dios los castigará con más severidad.