Deseo que los hombres oren en todo lugar, levantando las manos al cielo con pureza de corazón, sin ningún enojo de venganza y contienda.
Asimismo que las mujeres se vistan con sencillez, modestia y decencia, no usen peinados ostentosos, ni tampoco se coloquen muchas joyas o ropa costosa. Más bien, que las mujeres vivan una conducta que vaya de acuerdo con el Evangelio, que es vivir una transformación integral.