℗ Hosanna, 1996 (voice recording) Hosanna, 1996 (music and sound effects)

Spanish - Reina Valera 1996 (Drama NT)

<div class="version vid150 iso6393spa" data-vid="150" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkACT">
 <div class="chapter ch21" data-usfm="ACT.21">
 <div class="label">21</div><div class="s1">Viaje de Pablo a Jerusal&#233;n </div><div class="p"> 1Despu&#233;s de separarnos de ellos, zarpamos y fuimos con rumbo directo a Cos; al d&#237;a siguiente, a Rodas, y de all&#237; a P&#225;tara. 2Y hallando un barco que pasaba a Fenicia, nos embarcamos y zarpamos. 3Al avistar Chipre, dej&#225;ndola a mano izquierda, navegamos a Siria y llegamos a Tiro, porque el barco hab&#237;a de descargar all&#237;. 4Hallamos a los disc&#237;pulos y nos quedamos all&#237; siete d&#237;as; y ellos, por el Esp&#237;ritu, dec&#237;an a Pablo que no subiera a Jerusal&#233;n. 5Cumplidos aquellos d&#237;as, salimos. Todos, con sus mujeres e hijos, nos acompa&#241;aron hasta las afueras de la ciudad, y puestos de rodillas en la playa, oramos. 6Y abraz&#225;ndonos los unos a los otros, subimos al barco y ellos se volvieron a sus casas. </div><div class="p"> 7Nosotros completamos la navegaci&#243;n saliendo de Tiro y llegando a Tolemaida; saludamos a los hermanos, y nos quedamos con ellos un d&#237;a. 8Al otro d&#237;a, saliendo Pablo y los que con &#233;l est&#225;bamos, fuimos a Cesarea; entramos en casa de Felipe, el evangelista, que era uno de los siete, y nos hospedamos con &#233;l. 9Este ten&#237;a cuatro hijas doncellas que profetizaban. 10Mientras nosotros permanec&#237;amos all&#237; algunos d&#237;as, descendi&#243; de Judea un profeta llamado Agabo, 11quien, viniendo a vernos, tom&#243; el cinto de Pablo, se at&#243; los pies y las manos y dijo:</div><div class="p">&#8212;Esto dice el Esp&#237;ritu Santo: &#8220;As&#237; atar&#225;n los jud&#237;os en Jerusal&#233;n al hombre de quien es este cinto, y lo entregar&#225;n en manos de los gentiles.&#8221; </div><div class="p"> 12Al o&#237;r esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar que no subiera a Jerusal&#233;n. 13Pero Pablo respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;&#191;Qu&#233; hac&#233;is llorando y quebrant&#225;ndome el coraz&#243;n?, pues yo estoy dispuesto no solo a ser atado, sino tambi&#233;n a morir en Jerusal&#233;n por el nombre del Se&#241;or Jes&#250;s.</div><div class="p"> 14Como no lo pudimos persuadir, desistimos, diciendo:</div><div class="p">&#8212;H&#225;gase la voluntad del Se&#241;or.</div><div class="p"> 15Despu&#233;s de esos d&#237;as, hechos ya los preparativos, subimos a Jerusal&#233;n. 16Y vinieron tambi&#233;n con nosotros algunos de los disc&#237;pulos de Cesarea, trayendo consigo a uno llamado Mnas&#243;n, de Chipre, disc&#237;pulo antiguo, con quien nos hospedar&#237;amos.</div><div class="s1">Arresto de Pablo en el Templo</div><div class="p"> 17Cuando llegamos a Jerusal&#233;n, los hermanos nos recibieron con gozo. 18Al d&#237;a siguiente, Pablo entr&#243; con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos; 19a los cuales, despu&#233;s de haberlos saludado, les cont&#243; una por una las cosas que Dios hab&#237;a hecho entre los gentiles por su ministerio. 20Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron:</div><div class="p">&#8212;Ya ves, hermano, cu&#225;ntos millares de jud&#237;os hay que han cre&#237;do; y todos son celosos por la Ley. 21Pero se les ha informado en cuanto a ti, que ense&#241;as a todos los jud&#237;os que est&#225;n entre los gentiles a apostatar de Mois&#233;s, dici&#233;ndoles que no circunciden a sus hijos ni observen las costumbres. 22&#191;Qu&#233; hay, pues? La multitud se reunir&#225; de cierto, porque oir&#225;n que has venido. 23Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen obligaci&#243;n de cumplir voto. 24T&#243;malos contigo, purif&#237;cate con ellos y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos comprender&#225;n que no hay nada de lo que se les inform&#243; acerca de ti, sino que t&#250; tambi&#233;n andas ordenadamente, guardando la Ley. 25Pero en cuanto a los gentiles que han cre&#237;do, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los &#237;dolos, de sangre, de ahogado y de fornicaci&#243;n.</div><div class="p"> 26Entonces Pablo tom&#243; consigo a aquellos hombres, y al d&#237;a siguiente, habi&#233;ndose purificado con ellos, entr&#243; en el Templo para anunciar el cumplimiento de los d&#237;as de la purificaci&#243;n, cuando hab&#237;a de presentarse la ofrenda por cada uno de ellos.</div><div class="p"> 27Pero cuando estaban para cumplirse los siete d&#237;as, unos jud&#237;os de Asia, al verlo en el Templo, alborotaron a toda la multitud y le echaron mano, 28gritando:</div><div class="p">&#8212;&#161;Israelitas, ayudad! Este es el hombre que por todas partes ense&#241;a a todos contra el pueblo, la Ley y este lugar; y adem&#225;s de esto, ha metido a griegos en el Templo y ha profanado este santo lugar. </div><div class="p"> 29Dec&#237;an esto porque antes hab&#237;an visto con &#233;l en la ciudad a Tr&#243;fimo, de &#201;feso, a quien pensaban que Pablo hab&#237;a metido en el Templo.</div><div class="p"> 30Toda la ciudad se alborot&#243;, y se agolp&#243; el pueblo. Apoder&#225;ndose de Pablo, lo arrastraron fuera del Templo, e inmediatamente cerraron las puertas. 31Intentaban ellos matarlo, cuando se le avis&#243; al comandante de la compa&#241;&#237;a que toda la ciudad de Jerusal&#233;n estaba alborotada. 32Este, inmediatamente tom&#243; soldados y centuriones y corri&#243; a ellos. Cuando ellos vieron al comandante y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo. 33Entonces, llegando el comandante, lo prendi&#243; y lo mand&#243; atar con dos cadenas, y pregunt&#243; qui&#233;n era y qu&#233; hab&#237;a hecho. 34Pero, entre la multitud, unos gritaban una cosa y otros otra; y como no pod&#237;a entender nada de cierto a causa del alboroto, lo mand&#243; llevar a la fortaleza. 35Al llegar a las gradas, aconteci&#243; que era llevado en peso por los soldados a causa de la violencia de la multitud, 36porque la muchedumbre del pueblo ven&#237;a detr&#225;s, gritando:</div><div class="p">&#8212;&#161;Muera! </div><div class="s1">Defensa de Pablo ante el pueblo</div><div class="p"> 37Cuando estaban a punto de meterlo en la fortaleza, Pablo dijo al comandante:</div><div class="p">&#8212;&#191;Se me permite decirte algo?</div><div class="p">Y &#233;l dijo:</div><div class="p">&#8212;&#191;Sabes griego? 38&#191;No eres t&#250; aquel egipcio que levant&#243; una sedici&#243;n antes de estos d&#237;as y sac&#243; al desierto los cuatro mil sicarios? </div><div class="p"> 39Entonces dijo Pablo:</div><div class="p">&#8212;Yo de cierto soy hombre jud&#237;o de Tarso, ciudadano de una ciudad no insignificante de Cilicia; pero te ruego que me permitas hablar al pueblo.</div><div class="p"> 40Cuando &#233;l se lo permiti&#243;, Pablo, de pie en las gradas, hizo se&#241;al con la mano al pueblo. Se hizo un gran silencio, y comenz&#243; a hablar en lengua hebrea, diciendo: </div><div class="ms">PARTIDOS RELIGIOSOS Y POL&#205;TICOS EN EL SIGLO I</div><table class="table">
 <tr class="row">
 <th class="cell">Partido</th>
 <th class="cell">Caracter&#237;sticas</th>
 <th class="cell">Referencias</th>
</tr>
 <tr class="row">
 <td class="cell">Fariseo (partido religioso, con alguna tendencia pol&#237;tica)</td>
 <td class="cell">Doctrinas y pr&#225;cticas</td>
 <td class="cell">,; ; ; n.; ,,,; ; </td>
</tr>
 <tr class="row">
 <td class="cell"></td>
 <td class="cell">Enemigos de Jes&#250;s</td>
 <td class="cell">; ,; ; ; ,</td>
</tr>
 <tr class="row">
 <td class="cell"></td>
 <td class="cell">Favorables a Jes&#250;s</td>
 <td class="cell">; ; ; ; </td>
</tr>
 <tr class="row">
 <td class="cell"></td>
 <td class="cell">Otras</td>
 <td class="cell">; ; ,; ; </td>
</tr>
 <tr class="row">
 <td class="cell">Saduceo (partido religioso, con alguna tendencia pol&#237;tica)</td>
 <td class="cell">Doctrinas y creencias</td>
 <td class="cell">; </td>
</tr>
 <tr class="row">
 <td class="cell"></td>
 <td class="cell">Enemigos de Jes&#250;s</td>
 <td class="cell"></td>
</tr>
 <tr class="row">
 <td class="cell"></td>
 <td class="cell">Otras</td>
 <td class="cell">; ; ; </td>
</tr>
 <tr class="row">
 <td class="cell">Zelote (partido pol&#237;tico y religioso opuesto al imperio romano)</td>
 <td class="cell">Su nombre significa &#171;celoso, fan&#225;tico&#187;</td>
 <td class="cell">; </td>
</tr>
 <tr class="row">
 <td class="cell">Herodiano (partido pol&#237;tico, favorable al dominio romano)</td>
 <td class="cell">Como indica su nombre, eran partidarios de la familia de Herodes</td>
 <td class="cell">; ; </td>
</tr>
 <tr class="row">
 <td class="cell">Samaritano (partido religioso, separado del juda&#237;smo)</td>
 <td class="cell">Algunas creencias</td>
 <td class="cell">,,</td>
</tr>
 <tr class="row">
 <td class="cell">Esenio (partido religioso)</td>
 <td class="cell">Grupo separatista, nacido en la &#233;poca helen&#237;stica, probablemente, de los fariseos. Eran estrictos observantes de la Ley; consideraban que el sacerdocio era corrupto y rechazaban muchas pr&#225;cticas religiosas y el sistema sacrificial jud&#237;o.</td>
 <td class="cell">No se menciona este grupo en el NT.</td>
</tr>
</table><div class="m">V&#233;anse Fariseos; Saduceos; Zelote en el &#205;ndice tem&#225;tico.</div>
 </div>
 </div>
</div>

Texto: Reina-Valera 95® © Sociedades Bíblica Unidas, 1995. Notas: Notas de Estudio Reina-Valera 95 © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995. 

Después de separarnos de ellos, zarpamos y fuimos con rumbo directo a Cos; al día siguiente, a Rodas, y de allí a Pátara. Y hallando un barco que pasaba a Fenicia, nos embarcamos y zarpamos. Al avistar Chipre, dejándola a mano izquierda, navegamos a Siria y llegamos a Tiro, porque el barco había de descargar allí. Hallamos a los discípulos y nos quedamos allí siete días; y ellos, por el Espíritu, decían a Pablo que no subiera a Jerusalén. Cumplidos aquellos días, salimos. Todos, con sus mujeres e hijos, nos acompañaron hasta las afueras de la ciudad, y puestos de rodillas en la playa, oramos. Y abrazándonos los unos a los otros, subimos al barco y ellos se volvieron a sus casas.
Nosotros completamos la navegación saliendo de Tiro y llegando a Tolemaida; saludamos a los hermanos, y nos quedamos con ellos un día. Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesarea; entramos en casa de Felipe, el evangelista, que era uno de los siete, y nos hospedamos con él. Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban. Mientras nosotros permanecíamos allí algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo, quien, viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, se ató los pies y las manos y dijo:
—Esto dice el Espíritu Santo: “Así atarán los judíos en Jerusalén al hombre de quien es este cinto, y lo entregarán en manos de los gentiles.”
Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar que no subiera a Jerusalén. Pero Pablo respondió:
—¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón?, pues yo estoy dispuesto no solo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús.
Como no lo pudimos persuadir, desistimos, diciendo:
—Hágase la voluntad del Señor.
Después de esos días, hechos ya los preparativos, subimos a Jerusalén. Y vinieron también con nosotros algunos de los discípulos de Cesarea, trayendo consigo a uno llamado Mnasón, de Chipre, discípulo antiguo, con quien nos hospedaríamos.

Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con gozo. Al día siguiente, Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos; a los cuales, después de haberlos saludado, les contó una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio. Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron:
—Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la Ley. Pero se les ha informado en cuanto a ti, que enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos ni observen las costumbres. ¿Qué hay, pues? La multitud se reunirá de cierto, porque oirán que has venido. Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen obligación de cumplir voto. Tómalos contigo, purifícate con ellos y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú también andas ordenadamente, guardando la Ley. Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación.
Entonces Pablo tomó consigo a aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el Templo para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, cuando había de presentarse la ofrenda por cada uno de ellos.
Pero cuando estaban para cumplirse los siete días, unos judíos de Asia, al verlo en el Templo, alborotaron a toda la multitud y le echaron mano, gritando:
—¡Israelitas, ayudad! Este es el hombre que por todas partes enseña a todos contra el pueblo, la Ley y este lugar; y además de esto, ha metido a griegos en el Templo y ha profanado este santo lugar.
Decían esto porque antes habían visto con él en la ciudad a Trófimo, de Éfeso, a quien pensaban que Pablo había metido en el Templo.
Toda la ciudad se alborotó, y se agolpó el pueblo. Apoderándose de Pablo, lo arrastraron fuera del Templo, e inmediatamente cerraron las puertas. Intentaban ellos matarlo, cuando se le avisó al comandante de la compañía que toda la ciudad de Jerusalén estaba alborotada. Este, inmediatamente tomó soldados y centuriones y corrió a ellos. Cuando ellos vieron al comandante y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo. Entonces, llegando el comandante, lo prendió y lo mandó atar con dos cadenas, y preguntó quién era y qué había hecho. Pero, entre la multitud, unos gritaban una cosa y otros otra; y como no podía entender nada de cierto a causa del alboroto, lo mandó llevar a la fortaleza. Al llegar a las gradas, aconteció que era llevado en peso por los soldados a causa de la violencia de la multitud, porque la muchedumbre del pueblo venía detrás, gritando:
—¡Muera!

Cuando estaban a punto de meterlo en la fortaleza, Pablo dijo al comandante:
—¿Se me permite decirte algo?
Y él dijo:
—¿Sabes griego? ¿No eres tú aquel egipcio que levantó una sedición antes de estos días y sacó al desierto los cuatro mil sicarios?
Entonces dijo Pablo:
—Yo de cierto soy hombre judío de Tarso, ciudadano de una ciudad no insignificante de Cilicia; pero te ruego que me permitas hablar al pueblo.
Cuando él se lo permitió, Pablo, de pie en las gradas, hizo señal con la mano al pueblo. Se hizo un gran silencio, y comenzó a hablar en lengua hebrea, diciendo:

Fariseo (partido religioso, con alguna tendencia política) Doctrinas y prácticas Enemigos de Jesús Favorables a Jesús Otras Saduceo (partido religioso, con alguna tendencia política) Doctrinas y creencias Enemigos de Jesús Otras Zelote (partido político y religioso opuesto al imperio romano) Su nombre significa «celoso, fanático» Herodiano (partido político, favorable al dominio romano) Como indica su nombre, eran partidarios de la familia de Herodes Samaritano (partido religioso, separado del judaísmo) Algunas creencias Esenio (partido religioso) Grupo separatista, nacido en la época helenística, probablemente, de los fariseos. Eran estrictos observantes de la Ley; consideraban que el sacerdocio era corrupto y rechazaban muchas prácticas religiosas y el sistema sacrificial judío. No se menciona este grupo en el NT.
Véanse Fariseos; Saduceos; Zelote en el Índice temático.

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