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 <div class="book bk1KI">
 <div class="chapter ch9" data-usfm="1KI.9">
 <div class="label">9</div><div class="s1">Nueva aparici&#243;n divina</div><div class="r">(2 Cr 7,11-12.16-22)</div><div class="p"> 1Cuando Salom&#243;n termin&#243; de construir el Templo del Se&#241;or, el palacio real y todo cuanto deseaba hacer, 2se le apareci&#243; el Se&#241;or por segunda vez, como se le hab&#237;a aparecido en Gaba&#243;n, #3,4-5. 3y le dijo:</div><div class="p">&#8212;He escuchado las s&#250;plicas y plegarias que me has dirigido. He consagrado este Templo que has construido como residencia perpetua de mi nombre: aqu&#237; estar&#225;n siempre mis ojos y mi coraz&#243;n. 4Si t&#250; procedes conmigo, como hizo tu padre David, con rectitud e integridad de coraz&#243;n, cumpliendo lo que te he mandado y guardando mis preceptos y decretos, 5reafirmar&#233; para siempre tu reinado sobre Israel, tal como promet&#237; a tu padre David: &#171;No te faltar&#225;n descendientes en el trono de Israel&#187;. 6Pero si vosotros y vuestros hijos me abandon&#225;is, si dej&#225;is de observar los mandamientos y preceptos que os he dado y os vais a servir y a adorar a otros dioses, #Dt 28,15.37; 29,23-26; Jr 18,15-16+. 7arrancar&#233; a Israel de la tierra que le he dado, rechazar&#233; este Templo que he consagrado a mi nombre, e Israel quedar&#225; convertido en refr&#225;n y burla de todos los pueblos. 8Este Templo quedar&#225; en ruinas#9,8: quedar&#225; en ruinas: Traducci&#243;n seg&#250;n las versiones griega y aramea. El texto hebreo es oscuro, se podr&#237;a traducir: que deb&#237;a ser sublime, quedar&#225; en ruinas. y todo el que pase a su lado silbar&#225; extra&#241;ado y preguntar&#225;: &#171;&#191;Por qu&#233; ha tratado as&#237; el Se&#241;or a este pa&#237;s y a este Templo?&#187;. 9Entonces le responder&#225;n: &#171;Porque abandonaron al Se&#241;or, su Dios, que sac&#243; a sus antepasados de Egipto, y se aferraron a otros dioses para adorarlos y servirlos. Por eso el Se&#241;or ha hecho caer sobre ellos todos estos castigos&#187;.</div><div class="s1">Las ciudades de Jir&#225;n</div><div class="r">(2 Cr 8,1)</div><div class="p"> 10En un per&#237;odo de veinte a&#241;os Salom&#243;n construy&#243; los dos edificios: el Templo del Se&#241;or y el palacio real. 11Jir&#225;n, el rey de Tiro, proporcion&#243; a Salom&#243;n madera de cedro y de pino y todo el oro que quiso. Entonces el rey Salom&#243;n entreg&#243; a Jir&#225;n veinte ciudades en la regi&#243;n de Galilea.#5,22-24. 12Jir&#225;n sali&#243; de Tiro para inspeccionar las ciudades que le hab&#237;a entregado Salom&#243;n, pero no le gustaron 13y le dijo:</div><div class="p">&#8212;&#161;Qu&#233; ciudades que me has dado, hermano!</div><div class="p">Y les puso el nombre de Tierra Kabul, que permanece actualmente. 14Jir&#225;n, por su parte, hab&#237;a mandado al rey Salom&#243;n ciento veinte talentos de oro.</div><div class="s1">Otras construcciones de Salom&#243;n</div><div class="r">(2 Cr 8,6-11b.12.17-18)</div><div class="p"> 15He aqu&#237; la explicaci&#243;n del reclutamiento de trabajadores que hizo el rey Salom&#243;n para construir el Templo del Se&#241;or y su palacio, el terrapl&#233;n, la muralla de Jerusal&#233;n, Jasor, Meguido y Gu&#233;zer.#5,27. 16El fara&#243;n, rey de Egipto, hab&#237;a hecho una incursi&#243;n y hab&#237;a capturado Gu&#233;zer. Tras incendiarla y matar a los cananeos que la habitaban, se la hab&#237;a entregado como dote a su hija, la esposa de Salom&#243;n. 17Luego Salom&#243;n reconstruy&#243; Gu&#233;zer, Bet Jor&#243;n de Abajo, 18Balat y Tamar en el desierto del pa&#237;s, 19las ciudades de avituallamiento que ten&#237;a, las postas de carros y caballos y todo cuanto quiso construir en Jerusal&#233;n, en el L&#237;bano y en todo el territorio de su soberan&#237;a. 20A todos los supervivientes de los amorreos, hititas, fereceos, jeveos y jebuseos que no eran israelitas, 21y que eran descendientes de aquellos que hab&#237;an quedado en el pa&#237;s porque los israelitas no hab&#237;an podido exterminarlos, Salom&#243;n los someti&#243; a trabajos forzados. Y as&#237; siguen en la actualidad. 22En cuanto a los israelitas, no los someti&#243; a trabajos forzados, pues eran sus soldados, sus servidores, sus oficiales, sus escuderos y los encargados de sus carros y caballos. 23Los capataces que Salom&#243;n hab&#237;a puesto al frente de sus obras eran quinientos cincuenta y supervisaban a la gente que trabajaba en sus obras.</div><div class="p"> 24Cuando la hija del fara&#243;n se traslad&#243; desde la ciudad de David al palacio que Salom&#243;n le hab&#237;a construido, este levant&#243; el terrapl&#233;n. 25Tres veces al a&#241;o Salom&#243;n ofrec&#237;a holocaustos y sacrificios de comuni&#243;n sobre el altar que hab&#237;a construido al Se&#241;or, quemaba incienso ante el Se&#241;or y manten&#237;a el Templo.#ver Ex 23,14; Dt 16,16.</div><div class="p"> 26El rey Salom&#243;n organiz&#243; una flota en Esiongu&#233;ber, junto a Elat, en la costa del mar Muerto, en territorio de Edom. 27Y Jir&#225;n envi&#243; para la flota a sus servidores como tripulantes y marineros expertos, junto con los servidores de Salom&#243;n. 28Llegaron hasta Ofir y trajeron de all&#237; al rey Salom&#243;n unos cuatrocientos veinte talentos de oro.</div>
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 <div class="chapter ch10" data-usfm="1KI.10">
 <div class="label">10</div><div class="ms2">Fama y riqueza de Salom&#243;n (10,1-29)</div><div class="s1">Salom&#243;n y la reina de Sab&#225;</div><div class="r">(2 Cr 9,1-12)</div><div class="p"> 1La reina de Sab&#225; tuvo noticia de la fama de Salom&#243;n para gloria del Se&#241;or y vino a ponerlo a prueba con enigmas.#Mt 12,42 y par. 2Lleg&#243; a Jerusal&#233;n con una magn&#237;fica caravana de camellos cargados de perfumes, oro en abundancia y piedras preciosas. Cuando se present&#243; ante Salom&#243;n le formul&#243; todas las cuestiones que tra&#237;a. 3Salom&#243;n contest&#243; a todas sus preguntas: no hubo ninguna tan dif&#237;cil que el rey no supiera responder. 4Cuando la reina de Sab&#225; comprob&#243; toda la sabidur&#237;a de Salom&#243;n, el palacio que hab&#237;a construido, 5los manjares de su mesa, la disposici&#243;n de sus comensales, la compostura y los uniformes de sus camareros, las bebidas y los holocaustos que ofrec&#237;a en el Templo del Se&#241;or, se qued&#243; asombrada 6y dijo al rey:</div><div class="p">&#8212;&#161;Es cierto lo que hab&#237;a o&#237;do en mi pa&#237;s acerca de tus palabras y de tu sabidur&#237;a! 7Yo no me lo cre&#237;a, hasta que he venido y lo he visto con mis propios ojos. Pero no me hab&#237;an contado ni la mitad, pues tu sabidur&#237;a y riquezas superan las noticias que ten&#237;a. 8&#161;Felices tus esposas y cortesanos, que est&#225;n siempre a tu lado disfrutando de tu sabidur&#237;a! 9&#161;Bendito sea el Se&#241;or, tu Dios, que ha tenido a bien ponerte en el trono de Israel y, por el amor eterno a su pueblo, te ha designado rey para garantizar la justicia y el derecho!</div><div class="p"> 10La reina regal&#243; al rey ciento veinte talentos de oro, gran cantidad de perfumes y piedras preciosas. Nunca hab&#237;an llegado tantos perfumes como los que la reina de Sab&#225; regal&#243; al rey Salom&#243;n. 11Adem&#225;s, la flota de Jir&#225;n, que hab&#237;a tra&#237;do el oro de Ofir, trajo tambi&#233;n gran cantidad de madera de s&#225;ndalo y piedras preciosas. 12Con la madera de s&#225;ndalo el rey hizo barandas para el Templo del Se&#241;or y para el palacio real y c&#237;taras y arpas para los m&#250;sicos. Madera como aquella no ha vuelto a llegar ni se ha visto hasta el presente. 13El rey Salom&#243;n, por su parte, dio a la reina de Sab&#225; todo cuanto ella quiso y pidi&#243;, aparte de los regalos que &#233;l le hizo de acuerdo con su generosidad. Luego la reina y su s&#233;quito regresaron a su pa&#237;s.</div><div class="s1">Comercio y riquezas</div><div class="r">(2 Cr 9,13-28; 1,14-17)</div><div class="p"> 14Salom&#243;n recib&#237;a anualmente seiscientos sesenta y seis talentos de oro, 15sin contar el oro que llegaba de los mercaderes, del tr&#225;fico de los comerciantes, de todos los reyes de Arabia y de los gobernadores del pa&#237;s. 16El rey Salom&#243;n mand&#243; hacer doscientos escudos chapados en oro, de seiscientos siclos de oro cada uno, 17y otros trescientos escudos m&#225;s peque&#241;os, tambi&#233;n chapados en oro, de tres minas de oro cada uno, y los coloc&#243; en el edificio del Bosque del L&#237;bano. 18El rey mand&#243; hacer tambi&#233;n un gran trono de marfil, recubierto de oro fino. 19El trono ten&#237;a seis escalones, un respaldo rematado en un dosel circular y dos brazos a ambos lados del asiento, con dos leones de pie junto a los brazos 20y otros doce leones, tambi&#233;n de pie, a ambos lados de los seis escalones. Nunca se hab&#237;a hecho nada parecido en ning&#250;n reino. 21Toda la vajilla del rey Salom&#243;n era de oro y tambi&#233;n los objetos del edificio del Bosque del L&#237;bano eran de oro puro. No hab&#237;a nada de plata, pues en tiempos de Salom&#243;n estaba devaluada.#5,9-14. 22El rey ten&#237;a en el mar una flota de Tarsis, junto con la de Jir&#225;n, y cada tres a&#241;os llegaba la flota de Tarsis, cargada de oro, plata, marfil, monos y pavos reales.</div><div class="p"> 23El rey Salom&#243;n super&#243; a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabidur&#237;a; 24as&#237; que todo el mundo quer&#237;a conocerlo para escuchar la sabidur&#237;a que Dios le hab&#237;a concedido. 25Y cada cual le tra&#237;a su regalo: objetos de plata y oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos. Y as&#237;, a&#241;o tras a&#241;o. 26Salom&#243;n tambi&#233;n reuni&#243; carros y caballos: lleg&#243; a tener mil cuatrocientos carros y doce mil caballos que guardaba en las ciudades con establos y junto al propio rey en Jerusal&#233;n.</div><div class="p"> 27El rey hizo que en Jerusal&#233;n hubiera tanta plata como piedras y tantos cedros como higueras silvestres en la llanura. 28Los caballos de Salom&#243;n proven&#237;an de Egipto y de Quev&#233;, donde los compraban los proveedores del rey. 29El carro importado de Egipto val&#237;a seiscientos siclos de plata y el caballo, ciento cincuenta, exactamente igual que los exportados a los reinos hititas y arameos por los mismos proveedores.</div>
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