Cambia lo que buscamos

El propósito más grande de Dios en nuestro matrimonio es hacer visible a sí mismo y a la relación entre Él y sus hijos. Esta realidad debe cambiar lo que buscamos en nuestro matrimonio. En vez de buscar nuestra propia felicidad en el matrimonio, buscamos la gloria de Dios.

Conseguir lo nuestro no debe ser nuestra meta más grande en el matrimonio. Claro que hallaremos mucha felicidad y satisfacción en el matrimonio, pero hallarla no debe ser nuestro enfoque primordial. 

Imitar a Dios

Lo que debemos perseguir en nuestro matrimonio es imitar a Dios. Si el propósito del matrimonio es ser un modelo de la relación entre Dios y sus hijos, entonces debemos modelar esta relación en nuestro trato mutuo. Así que los esposos dan gloria a Dios cuando tratan a su esposa como Cristo trata a la iglesia, y las esposas en responder y seguir a sus esposos como la iglesia a Cristo.

Conocer a Dios

También, debemos buscar llevar a nuestra pareja a conocer mejor a Dios y a vivir más cerca a Él. Esta es una gran forma de buscar la gloria de Dios en nuestro matrimonio. Por lo tanto, ambos deben buscar ayudar a su pareja a conocer más y más a Cristo y a estar más y más cerca de Dios. Si el propósito del matrimonio es que todos vean a Dios, entonces lo más importante es que a través del matrimonio, nuestra pareja llegue a conocer más y más a Dios.

Dios recibirá gloria

El deseo de Dios es que en nuestro matrimonio hagamos visible a Él, a su relación con nosotros y a su Evangelio. Nuestra relación es un modelo en vivo de la relación entre Jesús y su Iglesia, y por ver nuestro trato el uno del otro, todos podrían ver y entender mejor a Dios. Lo que pasa cuando vivimos así en nuestro matrimonio es que Dios recibe mucha gloria.