La parte de la voluntad de Dios que nadie quiereMuestra

Resplandece

Dios, sin duda, permitirá más de lo que podemos sobrellevar. Esa fuerte presión genera gran confianza en Él. Cuando pensamos «no puedo con esto», aprendemos a confiar en Él con más profundidad. «Las pruebas y las aflicciones son las mancuernas y las cintas de correr del alma —escribe Robert Morgan—. Desarrollan fuerza y vitalidad».¹ Dios usó la presión del aborto espontáneo y el cáncer para acercarme más a Él. Ambos me parecían «infranqueables», como el mar Rojo, seguramente, le pareció a Moisés. Pero tales desafíos hacen que dependamos de Dios más profundamente de lo que haríamos de otro modo. Tristemente, si pudiéramos sobrellevar estas cosas sin Él, muchos de nosotros lo intentaríamos.

¿Cuándo fue la última vez que oraste por fuerza para dar un solo paso? Hoy, alguien en un centro de rehabilitación física le está pidiendo a Dios esa fuerza. Ese paso para ellos parece imposible. Es más de lo que pueden soportar. Necesitan a Dios solo para moverse un poco; ¡y cuando lo logran, la celebración resultante es incluso más fuerte que por haber ganado una maratón!

Esas partes de su voluntad que no queremos, hacen que el volumen de nuestra fe incremente. C. S. Lewis dijo que Dios «nos susurra en nuestros placeres [...] pero nos grita en nuestros dolores: es el megáfono para despertar a un mundo sordo».² No solamente escuchamos a Dios más claramente, sino que nuestra atención hacia Él hace que los oídos de los demás se inclinen hacia palabras de esperanza.

Mientras mi esposa estaba pasando por la aflicción del aborto espontáneo y la pérdida de su mamá, buscó a Dios como nunca antes. Deberías ver su Biblia. Manchada de tinta corrida, páginas enrolladas, notas en cada margen, la cubierta rota. Pero el desgaste de su Biblia también muestra de dónde provino la protección de su corazón. Imagínate que la mujer que perdió un hijo y cuidó de su madre enferma de cáncer, terminó hablando en el funeral de su madre. Era más de lo que podía soportar. Pero confió en Dios para que Él lo soportara por ella. Ella se acercó más a Él, ella no se alejó, y una vez más Él probó ser fiel.

Cuando la voluntad de Dios no es lo que querías, acabas de recibir tu oportunidad de resplandecer. Así que quédate quieto mientras te acercas a Jesús. Con toda seguridad Él te ayudará a sobrellevarlo (1 Pedro 3:15).

Notas
1. A Robert J. Morgan, Red Sea Rules [Las reglas del mar Rojo] (Nashville, TN: Thomas Nelson, 2001), p. 96.
2. C. S. Lewis, The Problem of Pain [El problema del dolor] (New York: Harper Collins Publishers, 2001).

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