ProbadaMuestra

Encontrar nuestro valor en Cristo quita la presión de nuestras relaciones con aquellos a quienes amamos. Podemos vivir sin tener que demostrar nuestra valía ni que satisfagan todas nuestras necesidades.

En lo más profundo de nosotros reside un enorme deseo de conectarnos. Anhelamos una conexión íntima con nuestra gente más que casi cualquier otra cosa.

¿No es simplemente hermoso cuánto de este capítulo de Juan está dedicado a una conversación con una mujer adúltera? Jesús estaba completamente presente con ella y plenamente consciente de sus necesidades y comprometido a satisfacer sus necesidades, necesidades que ni siquiera sabía que tenía. Pienso en la frecuencia con la que evito las conversaciones intencionales. Es más fácil pasar por encima de la gente y, a su vez, pasar por encima de nuestras vidas.

Rara vez estamos plenamente presentes con Dios y los demás. Jesús tenía conocimiento completo de su hogar eterno y, sin embargo, mientras sus pies estuvieron en esta tierra, eligió vivir plenamente presente en el polvo con su pueblo. Vivir intencionalmente presente requiere disciplina. Significa una guerra total contra toda una cultura que valora el estar ocupado. 

En algún momento de su tiempo con Jesús, esta mujer pasó de vagar, buscar y esconderse a ser libre, comprometida y decidida. Probablemente había estado yendo sola al pozo durante años, con la esperanza de esconderse de los susurros y los juicios. Pero después de estar con Jesús, ella con valentía corrió de regreso al pueblo y les compartió exactamente lo que había estado tratando de ocultarles, ¡e incluso se alegró por ello! Ella testificó sobre el Salvador que cambió su vida en cuestión de minutos.

Durante el último año o más me he reunido con tres de mis amigas más queridos para almorzar cada semana. En nuestras conversaciones vamos a los lugares más difíciles, los lugares que normalmente guardas en el fondo de tu armario secreto. Entonces juntas empezamos a descubrir lo que Dios quiere para nosotras.

Gracias a ellas, estoy aprendiendo que existe una diferencia entre vulnerabilidad y transparencia. Así es como yo lo veo.

La vulnerabilidad es valiosa y útil y puede servir para grandes propósitos. Sin embargo, esto es lo más lejos que debemos llegar con la mayoría de conocidos y redes sociales.

Pero la transparencia es necesaria con las personas más cercanas.

Seamos mujeres que comprenden su identidad encontrada en Cristo y amemos a quienes nos rodean desde la seguridad que brinda nuestra relación con Él.