Las Parábolas de JesúsMuestra

LAS OVEJAS Y MONEDAS PERDIDAS
Estas dos parábolas van dirigidas a los fariseos y escribas que se quejaban sobre cuánto se preocupa Jesús por «los pecadores y recolectores de impuestos.»

El amor de Jesús por los perdidos era un cambio radical del juicio de los líderes religiosos de la época. Jesús comparte como el cielo refleja Su actitud, no la actitud reprobadora de los fariseos, contándonos cómo el cielo se alegra incluso cuando un pecador se arrepiente.

Cuanto más seguimos a Dios, más fácil puede ser desarrollar una actitud santurrona como los fariseos, así que deberíamos preguntarnos cómo reaccionamos cuando vemos a un pecador arrepentirse. También deberíamos preguntarnos qué estamos haciendo para ir tras las «ovejas perdidas» y «monedas perdidas» a nuestro alrededor. Es crucial para nosotros tener un corazón para «esa gente», haciendo todo lo que podamos para ayudarles a encontrar su camino hacia Cristo y alegrarnos vigorosamente cuando se vuelven hacia Él.