Siete Tipos De Reposo Sabático Para Nuestra Cultura ModernaMuestra

Reposo emocional

El sabor de la fe es el reposo. Caminar por fe parece ser agotador a veces. Jesús nos promete un reposo dentro de nuestro caminar con Él que nos invita a venir a la mesa y probar en verdad su reposo. En el Salmo 23, se nos dice que el Señor es nuestro buen pastor, que nada nos ha de faltar. Nos dice que Él nos guía junto a aguas de reposo, nos hace descansar en lugares de delicados pastos y conforta nuestra alma. Más adelante, en el mismo salmo, nos dice que Él prepara una mesa para nosotros en presencia de nuestros enemigos. Cuando nos encontramos en medio de la batalla, nos invita a la mesa a participar de Su reposo.

Esta mesa es un reposo con todo incluido que Él ha puesto a nuestra disposición para que ganemos realmente nuestras guerras/batallas desde el reposo. En la mesa, nos alimentamos y revivimos físicamente por el banquete. Estamos sentados a la mesa, y las Escrituras dicen que estamos sentados en lugares celestiales juntamente con Cristo; así que esto nos recuerda que sentarnos a la mesa es un lugar de reposo y autoridad. Estamos sentados a la mesa con el Padre y eso nos hace recordar a quién pertenecemos y por lo tanto quiénes somos. A la mesa recibimos comunión y regocijo, y recordamos que el gozo del Señor es nuestra fortaleza.

Así que cuando estemos cansados o desgastados por la batalla podemos recordar que Él ha preparado un lugar para nosotros en la mesa. Y esta no es cualquier mesa, es la mesa del Rey. Tenemos victoria desde ese lugar en la mesa donde estamos sentados, donde pertenecemos. Esto nos ayuda a recordar que tenemos reposo por todos lados, aun en medio de nuestras batallas o desastres emocionales. Éstos no son nuestros dueños, porque Él ha preparado un lugar para nosotros.

Oración: Padre, gracias por preparar mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; y por lo tanto, tengo reposo en todos los aspectos de mi vida. Gracias por revivirme cuando estoy agotado de batallar y por satisfacer cada necesidad que tengo, ya sea emocional, física o espiritual. Gracias por sostenerme siempre y por guiarme en victoria. Ayúdame a recordar que debo sentarme a tu mesa cuando estoy cansado o abrumado en la batalla. Tú verdaderamente sabes cómo alimentarme para que yo pueda revivir en tu amor.

Escritura: Filipenses 4:6-7; Isaías 26:3; Salmo 23:5