Dios en Medio de la Depresión

Fe, Palabra y Oración

Reinicio

Compartiendo a Jesús después de la Navidad

Gobernando Bien Tu Casa

Todos a La Mesa

Compartir tu Fe con Amigos y Familia: Una Guía Práctica

Conquistar El Miedo a Compartir Tu Fe

De Huérfano a Hijo

<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkGEN">
 <div class="chapter ch15" data-usfm="GEN.15">
 <div class="label">15</div><div class="s1">Alianza del Se&#241;or con Abr&#225;n</div><div class="p"> 1Despu&#233;s de estos sucesos, el Se&#241;or habl&#243; a Abr&#225;n en una visi&#243;n y le dijo:</div><div class="p">&#8212;No temas, Abr&#225;n, yo soy tu escudo, y muy grande va a ser tu recompensa.</div><div class="p"> 2Abr&#225;n respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;Mi Dios y Se&#241;or, &#191;para qu&#233; me vas a dar nada, si yo sigo sin tener hijos y el heredero de mi hacienda ser&#225; Eliezer el damasceno?</div><div class="p"> 3Y a&#241;adi&#243;:</div><div class="p">&#8212;No me has dado descendencia y mi herencia habr&#225; de ser para uno de mis criados.</div><div class="p"> 4Pero el Se&#241;or le respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;&#161;No! Ese hombre no ser&#225; tu heredero; el heredero ser&#225; tu propio hijo.</div><div class="p"> 5Luego lo llev&#243; afuera y continu&#243; dici&#233;ndole:</div><div class="p">&#8212;Echa un vistazo al cielo y cuenta las estrellas, si es que puedes contarlas. &#161;As&#237; ser&#225; tu descendencia!#Rm 4,18; Heb 11,12.</div><div class="p"> 6Abr&#225;n crey&#243; al Se&#241;or, y el Se&#241;or le concedi&#243; su amistad.#15,6: el Se&#241;or le concedi&#243; su amistad: Lit. le fue contado por justicia.#Rm 4,3; Ga 3,6; Stg 2,23. 7El Se&#241;or le dijo:</div><div class="p">&#8212;Yo soy el Se&#241;or que te sac&#243; de Ur de los caldeos para darte esta tierra en posesi&#243;n.</div><div class="p"> 8Pero Abr&#225;n le pregunt&#243;:</div><div class="p">&#8212;Se&#241;or mi Dios, &#191;c&#243;mo sabr&#233; que voy a poseerla?</div><div class="p"> 9El Se&#241;or le respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;Tr&#225;eme una ternera, una cabra y un carnero, todos ellos de tres a&#241;os, y tambi&#233;n una t&#243;rtola y un pich&#243;n.</div><div class="p"> 10Abr&#225;n trajo todos esos animales, los parti&#243; por la mitad y puso cada mitad una frente a la otra. Pero las aves no las parti&#243;. 11Las aves de rapi&#241;a se abalanzaban sobre los animales muertos, pero Abr&#225;n las espantaba. 12Cuando el sol estaba a punto de ponerse, Abr&#225;n se qued&#243; profundamente dormido y una temible y densa oscuridad lo envolvi&#243;.#2,21; Jb 4,3. 13El Se&#241;or le dijo:</div><div class="p">&#8212;Es necesario que sepas que tus descendientes vivir&#225;n como extranjeros en una tierra extra&#241;a; all&#237; ser&#225;n esclavizados y maltratados durante cuatrocientos a&#241;os. 14Pero yo juzgar&#233; a la naci&#243;n a la que hayan estado sometidos, y al final saldr&#225;n cargados de riquezas.#Hch 7,6-7. 15En cuanto a ti, ir&#225;s a reunirte en paz con tus antepasados y te enterrar&#225;n despu&#233;s de una vejez feliz. 16Tus descendientes volver&#225;n aqu&#237; pasadas cuatro generaciones, porque hasta entonces no se habr&#225; colmado la maldad de los amorreos.</div><div class="p"> 17Cuando el sol se puso y lleg&#243; la oscuridad, un horno humeante y una antorcha de fuego pasaron entre los animales descuartizados. 18En aquel d&#237;a hizo el Se&#241;or una alianza con Abr&#225;n en estos t&#233;rminos:</div><div class="p">&#8212;A tus descendientes les dar&#233; esta tierra, desde el r&#237;o de Egipto hasta el gran r&#237;o, el &#201;ufrates: 19la tierra de los quineos, quineceos, cadmeneos, 20hititas, fereceos, refa&#237;tas, 21amorreos, cananeos, guirgaseos y jebuseos.#Ex 3,8.17; 13,5; 23,23.28; 33,2; 34,11; Dt 7,1; 20,17; Jos 3,10.</div>
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 <div class="book bkMAT">
 <div class="chapter ch14" data-usfm="MAT.14">
 <div class="label">14</div><div class="s1">Muerte de Juan el Bautista</div><div class="r">(Mc 6,14-29; Lc 9,7-9)</div><div class="p"> 1Por aquel tiempo, Herodes, que gobernaba en Galilea, oy&#243; hablar de Jes&#250;s 2y coment&#243; con sus cortesanos:</div><div class="p">&#8212;Este es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos. Por eso tiene poder para hacer milagros.</div><div class="p"> 3Es que Herodes hab&#237;a hecho arrestar a Juan, lo encaden&#243; y lo encerr&#243; en la c&#225;rcel por causa de Herod&#237;as, la esposa de su hermano Filipo.#11,2; Jn 3,24. 4Pues Juan le hab&#237;a dicho:</div><div class="p">&#8212;No te es l&#237;cito tenerla por mujer.#Lv 18,16; 20,21.</div><div class="p"> 5Por eso, Herodes quer&#237;a matar a Juan. Sin embargo, no se atrev&#237;a a hacerlo, porque tem&#237;a al pueblo, que ten&#237;a a Juan por profeta.#11,9; 21,26; Lc 1,76; 7,26 (ver Mt 21,46; Lc 20,19; 22,2). 6Pero el d&#237;a del cumplea&#241;os de Herodes, la hija de Herod&#237;as sali&#243; a bailar en medio de los invitados; y tanto le gust&#243; a Herodes, 7que le prometi&#243; bajo juramento darle todo lo que le pidiera. 8Ella entonces, aconsejada por su madre, le dijo:</div><div class="p">&#8212;Dame ahora mismo, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista.</div><div class="p"> 9La petici&#243;n entristeci&#243; al rey; pero como se hab&#237;a comprometido con su juramento delante de los invitados, orden&#243; que se la entregaran 10y mand&#243; que decapitaran a Juan en la c&#225;rcel. 11Enseguida trajeron la cabeza en una bandeja, se la dieron a la muchacha y esta, a su vez, se la entreg&#243; a su madre. 12Despu&#233;s de esto, los disc&#237;pulos de Juan recogieron su cad&#225;ver y lo llevaron a enterrar. Luego fueron a comunicar la noticia a Jes&#250;s.#9,14.</div><div class="s1">Jes&#250;s da de comer a m&#225;s de cinco mil personas</div><div class="r">(Mc 6,30-44; Lc 9,10-17; Jn 6,1-14)</div><div class="p"> 13Cuando Jes&#250;s se enter&#243; de lo sucedido, subi&#243; a una barca y se retir&#243; de all&#237; &#233;l solo a un lugar solitario. Pero la gente, al saberlo, sali&#243; de los pueblos y lo sigui&#243; a pie por la orilla. 14Al desembarcar Jes&#250;s y ver toda aquella multitud, se compadeci&#243; de ellos y cur&#243; a los enfermos.#9,36; 15,32.</div><div class="p"> 15La tarde comenzaba a caer y los disc&#237;pulos se acercaron a &#233;l para decirle:</div><div class="p">&#8212;La hora ya es avanzada y este es un lugar despoblado. Despide a la gente para que vaya a las aldeas a comprarse comida.</div><div class="p"> 16Jes&#250;s les contest&#243;:</div><div class="p">&#8212;No tienen por qu&#233; irse. Dadles de comer vosotros mismos.</div><div class="p"> 17Ellos replicaron:</div><div class="p">&#8212;Aqu&#237; solo tenemos cinco panes y dos peces.#15,34; Mc 8,5.</div><div class="p"> 18Dijo Jes&#250;s:</div><div class="p">&#8212;Tra&#233;dmelos.</div><div class="p"> 19Mand&#243; Jes&#250;s que la gente se recostara sobre la hierba; luego tom&#243; los cinco panes y los dos peces y, mirando al cielo, pronunci&#243; la bendici&#243;n, parti&#243; los panes y se los dio a sus disc&#237;pulos para que ellos los distribuyeran entre la gente. 20Comieron todos hasta quedar satisfechos, y todav&#237;a se recogieron doce cestos llenos de trozos sobrantes de pan.#2 Re 4,42-44. 21Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres ni los ni&#241;os.</div><div class="s1">Jes&#250;s camina sobre el lago</div><div class="r">(Mc 6,45-52; Jn 6,16-21)</div><div class="p"> 22A continuaci&#243;n Jes&#250;s hizo que sus disc&#237;pulos subieran a la barca para que llegaran antes que &#233;l a la otra orilla del lago, mientras &#233;l desped&#237;a a la gente. 23Despu&#233;s de despedirla, subi&#243; al monte para orar a solas. Y todav&#237;a segu&#237;a all&#237; &#233;l solo al llegar la noche.#26,36 y par.; Lc 6,12; 9,28.</div><div class="p"> 24Entre tanto, la barca ya estaba muy lejos de tierra y las olas la azotaban con violencia, pues el viento les era contrario. 25En las &#250;ltimas horas de la noche, Jes&#250;s se dirigi&#243; a ellos andando sobre el lago. 26Cuando los disc&#237;pulos lo vieron caminar sobre el lago, se asustaron creyendo que era un fantasma y llenos de miedo se pusieron a gritar.#Lc 24,37. 27Pero enseguida Jes&#250;s se dirigi&#243; a ellos diciendo:</div><div class="p">&#8212;Tranquilizaos, soy yo. No teng&#225;is miedo.</div><div class="p"> 28Pedro contest&#243;:</div><div class="p">&#8212;Se&#241;or, si eres t&#250;, manda que yo vaya hasta ti caminando sobre el agua.</div><div class="p"> 29Jes&#250;s le dijo:</div><div class="p">&#8212;Ven.</div><div class="p">Pedro salt&#243; de la barca y ech&#243; a andar sobre el agua para ir hacia Jes&#250;s. 30Pero al sentir la violencia del viento, se asust&#243; y, como vio que comenzaba a hundirse, grit&#243;:</div><div class="p">&#8212;&#161;Se&#241;or, s&#225;lvame!</div><div class="p"> 31Jes&#250;s, tendi&#233;ndole enseguida la mano, lo sujet&#243; y le dijo:</div><div class="p">&#8212;&#161;Qu&#233; d&#233;bil es tu fe! &#191;Por qu&#233; has dudado?</div><div class="p"> 32Luego subieron a la barca y el viento ces&#243;.#Mc 4,39. 33Y los que estaban a bordo se postraron ante Jes&#250;s, exclamando:</div><div class="p">&#8212;&#161;Verdaderamente, t&#250; eres el Hijo de Dios!#4,3.6; 16,16; 27,54; Mc 1,1; 15,39; Lc 1,32; Jn 1,49; 11,27; 20,31; Hch 8,37; 9,20; Rm 1,4; 2 Co 1,19; Ga 2,20; Ef 4,13; Heb 4,14; 6,6.</div><div class="s1">Curaciones en Genesaret</div><div class="r">(Mc 6,53-56)</div><div class="p"> 34Cruzaron el lago y tocaron tierra en Genesaret. 35En cuanto los habitantes del lugar reconocieron a Jes&#250;s, divulgaron la noticia por toda la regi&#243;n; as&#237; que le trajeron toda clase de enfermos, 36y le suplicaban que les permitiera tocar aunque solo fuera el borde de su manto. Y cuantos lo tocaban recuperaban la salud.#9,21.</div>
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<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkNEH">
 <div class="chapter ch4" data-usfm="NEH.4">
 <div class="label">4</div><div class="nb"> 1Cuando Sambalat, Tob&#237;as, los &#225;rabes, los amonitas y los de Asdod se enteraron de que se avanzaba en la restauraci&#243;n de las murallas de Jerusal&#233;n y de que se iban cerrando las brechas, se enfurecieron#2,10+. 2y todos a una conspiraron para luchar contra Jerusal&#233;n y causarle el mayor da&#241;o posible. 3As&#237; que oramos a nuestro Dios y establecimos contra ellos una guardia de d&#237;a y de noche. 4Los de Jud&#225; dec&#237;an:</div><div class="p">&#8212;Empiezan a fallar las fuerzas de los acarreadores y el escombro es mucho. No podremos reconstruir la muralla.</div><div class="p">Por su parte nuestros enemigos dec&#237;an:</div><div class="p"> 5&#8212;Que no se enteren ni nos vean hasta que irrumpamos en medio de ellos, los matemos y paremos la obra.</div><div class="p"> 6Pero los jud&#237;os que resid&#237;an entre ellos no cesaban de advertirnos:</div><div class="p">&#8212;De todos los sitios caer&#225;n sobre vosotros.</div><div class="p"> 7As&#237; que coloqu&#233; al pueblo por familias con sus espadas, lanzas y arcos en las partes bajas por detr&#225;s de la muralla y en los lugares descubiertos. 8Inspeccion&#233; el dispositivo, me puse en pie y dije a los nobles, a las autoridades y al resto del pueblo:</div><div class="p">&#8212;&#161;No tem&#225;is ante ellos! &#161;Acordaos que el Se&#241;or es grande y poderoso! &#161;Luchad por vuestros hermanos, hijos e hijas, por vuestras mujeres y vuestras casas!#Nm 14,9; Dt 7,21.</div><div class="p"> 9Constataron nuestros enemigos que est&#225;bamos apercibidos y que Dios hab&#237;a desbaratado sus planes; as&#237; que pudimos volver a las murallas, cada uno a su trabajo. 10Desde aquel d&#237;a, la mitad de mis muchachos trabajaba en la obra y la otra mitad empu&#241;aba lanzas, escudos, arcos y corazas, mientras los jefes todos de Jud&#225; los apoyaban incondicionalmente. 11Los que constru&#237;an la muralla y los que portaban las cargas realizaban con una mano el trabajo y con la otra empu&#241;aban un arma. 12Cada alba&#241;il ten&#237;a una espada ce&#241;ida a la cintura y as&#237; realizaba su labor. A mi lado estaba permanentemente alguien que tocara la corneta.</div><div class="p"> 13Dije a los nobles, a las autoridades y al resto del pueblo:</div><div class="p">&#8212;La obra es extensa y estamos desperdigados a lo largo de la muralla, lejos los unos de los otros. 14As&#237; que cuando oig&#225;is el sonido de la corneta acudid all&#237; para ayudarnos. Nuestro Dios luchar&#225; por nosotros.</div><div class="p"> 15Desde el amanecer hasta que sal&#237;an las estrellas trabaj&#225;bamos en la obra, siempre con la mitad de nosotros empu&#241;ando las lanzas. 16Dije tambi&#233;n al pueblo:</div><div class="p">&#8212;Que cada uno pernocte con su criado dentro de Jerusal&#233;n, haciendo guardia de noche y trabajando de d&#237;a.</div><div class="p"> 17Ni yo, ni mis familiares, ni mis muchachos, ni los hombres de la guardia que me acompa&#241;aban nos quit&#225;bamos el vestido; nadie se separaba de su arma.</div>
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<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkACT">
 <div class="chapter ch14" data-usfm="ACT.14">
 <div class="label">14</div><div class="s1">En Iconio</div><div class="p"> 1En Iconio acudieron tambi&#233;n a la sinagoga jud&#237;a y hablaron con tal persuasi&#243;n, que fueron muy numerosos tanto los jud&#237;os como los griegos que se convirtieron. 2Pero los jud&#237;os, reacios a dejarse convencer, soliviantaron a los no jud&#237;os, tratando de enemistarlos con los hermanos creyentes.#13,5.45 (ver 1 Ts 2,14). 3No obstante, Pablo y Bernab&#233; permanecieron all&#237; por alg&#250;n tiempo hablando resueltamente acerca del Se&#241;or, quien confirmaba el mensaje de bendici&#243;n con las se&#241;ales milagrosas y los prodigios que realizaba por medio de ellos.#2,43; 19,11; Mc 16,20; Heb 2,4. 4As&#237; las cosas, se dividi&#243; la poblaci&#243;n en dos bandos: uno era partidario de los jud&#237;os; el otro, de los ap&#243;stoles. 5Pero jud&#237;os y no jud&#237;os se confabularon, en connivencia con las autoridades, para maltratar y apedrear a Pablo y Bernab&#233;.#14,19; 2 Tm 3,11. 6Estos, al enterarse de lo que tramaban, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a la regi&#243;n vecina, 7donde igualmente anunciaron la buena nueva.</div><div class="s1">En Listra</div><div class="p"> 8Hab&#237;a en Listra un tullido, cojo de nacimiento, que nunca hab&#237;a podido valerse de sus pies.#3,2-9; Mt 9,1-8.28; Mc 2,1-12; Jn 9,1. 9Estaba escuchando con atenci&#243;n las palabras de Pablo, cuando este fij&#243; su mirada en &#233;l y percibi&#243; que ten&#237;a bastante fe para ser sanado. 10Le dijo entonces en voz alta:</div><div class="p">&#8212;&#161;Lev&#225;ntate y ponte derecho sobre tus pies!</div><div class="p">&#201;l dio un salto y ech&#243; a andar. 11Cuando la gente vio lo que Pablo hab&#237;a hecho, comenz&#243; a gritar en su idioma lica&#243;nico:</div><div class="p">&#8212;&#161;Los dioses han bajado a nosotros en forma humana!#28,6.</div><div class="p"> 12Llamaron Zeus a Bernab&#233; y Hermes a Pablo, por ser el portavoz. 13En esto, el sacerdote de Zeus, cuyo templo estaba a la entrada de la ciudad, llev&#243; ante las puertas de la ciudad toros adornados con guirnaldas y, en uni&#243;n de la muchedumbre, quer&#237;a ofrecerles un sacrificio. 14Pero al darse cuenta de ello, los ap&#243;stoles Bernab&#233; y Pablo rasgaron sus vestidos en se&#241;al de desaprobaci&#243;n y corrieron hacia la multitud gritando:</div><div class="p"> 15&#8212;&#191;Qu&#233; vais a hacer? &#161;Somos hombres mortales como vosotros! Hemos venido a anunciaros el evangelio para que dej&#233;is esas vanas pr&#225;cticas y os convirt&#225;is al Dios vivo, que cre&#243; el cielo, la tierra, el mar y todo lo que contienen.#14,5; Gn 1,1-31; Ex 20,11; Sal 146,6; 2 Co 11,25; 2 Tm 3,11. 16&#201;l permiti&#243; en &#233;pocas pasadas que todas las naciones siguieran su propio camino; 17aunque, en verdad, no sin dejarles muestras palpables de su bondad. &#201;l os ha enviado desde el cielo lluvias abundantes y tiempo favorable a las cosechas, os ha saciado de alimentos y ha colmado de alegr&#237;a vuestros corazones.</div><div class="p"> 18Estas palabras les sirvieron, aunque a duras penas, para evitar que la multitud les ofreciera un sacrificio.</div><div class="p"> 19Llegaron, sin embargo, algunos jud&#237;os de Antioqu&#237;a de Pisidia y de Iconio, que lograron ganarse a la muchedumbre, hasta el punto de que apedrearon a Pablo y lo sacaron fuera de la ciudad, d&#225;ndolo por muerto. 20Pero, cuando los disc&#237;pulos se juntaron en torno a &#233;l, se levant&#243; y regres&#243; a la ciudad. Al d&#237;a siguiente march&#243; con Bernab&#233; hacia Derbe.</div><div class="s1">Regreso a Antioqu&#237;a de Siria</div><div class="p"> 21Despu&#233;s de haber anunciado la buena nueva en aquella ciudad y de haber hecho muchos disc&#237;pulos, volvieron a Listra, Iconio y Antioqu&#237;a de Pisidia, 22animando de paso a los creyentes y exhort&#225;ndolos a permanecer firmes en la fe: &#171;Para entrar en el reino de Dios &#8212;les advert&#237;an&#8212; nos es necesario pasar por muchos sufrimientos&#187;.#13,43; 1 Ts 3,3. 23Nombraron tambi&#233;n dirigentes en cada iglesia y, haciendo oraci&#243;n y ayuno, los encomendaron al Se&#241;or, en quien hab&#237;an depositado su fe.#11,30; 13,3; 20,28 (ver Tt 1,5).</div><div class="p"> 24Atravesaron luego Pisidia y llegaron a Panfilia. 25Anunciaron el mensaje en Perge y bajaron a Atal&#237;a. 26Se embarcaron all&#237; para Antioqu&#237;a de Siria, donde los hab&#237;an confiado a la protecci&#243;n de Dios para la misi&#243;n que acababan de cumplir.#10,45; 11,18; 13,1-2.48; 15,4.12; 21,19.</div><div class="p"> 27A su llegada, reunieron en asamblea a la iglesia e informaron ampliamente de todo lo que Dios hab&#237;a realizado por mediaci&#243;n de ellos y de c&#243;mo se hab&#237;a mostrado favorable a que tambi&#233;n los no jud&#237;os abrazasen la fe. 28Pablo y Bernab&#233; pasaron all&#237; una buena temporada con los dem&#225;s disc&#237;pulos.</div>
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