Redefiniendo El PropósitoMuestra

El punto es que la Escritura nos habla de ese propósito eterno, y aunque las Escrituras no nombran directamente o de forma personal en propósito de cada uno de nosotros, si nos deja saber que Dios tiene un propósito. Ahora, ¿cómo lo llamó Jesús? Los negocios de mi Padre: ¿Entonces él les dijo, por qué me buscabais? No sabíais que en los negocios de mi padre me es necesario estar (Lucas 2:49).

Jesús lo llama los negocios de mi Padre o la voluntad del que me envió y cuando Jesús dice esta frase, dice la Escritura que como niño crecía Jesús en gracia y en sabiduría (Lc. 2:52).

En Juan 4:34, nos dice la Biblia que antes de buscar alimento físico para su cuerpo, frente a la insistente demanda de sus discípulos de que el comiera algo, Jesús les respondió: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra”.

En otras palabras, el centro de la vida y ministerio de Jesús era hacer la voluntad del Padre que lo había enviado. Lamentablemente este es un tema del que se habla poco, pero del que se tiene que empezar a hablar cada vez más porque esta es una verdad que define gran parte de nuestra experiencia de fe. A lo que algunos llaman o denominan una verdad rectora que significa que gobierna todo y tiene que ver con dos aspectos, y es la de darnos cuenta que solo existe un gran propósito y es el propósito del Padre.

Salmo 138, versículo 8. Lo asegura de la siguiente manera: “El señor cumplirá en mí su propósito”. Ese es el propósito que nuestro buen Padre planeó para cada uno de nosotros, su voluntad para nuestras vidas. Lo que significa que ese siempre ha sido su gran proyecto para nosotros: “conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él” (Ef. 3:11-12).

Ese era su plan eterno, que él llevó a cabo por medio de Cristo Jesús nuestro Señor. Este es el único versículo en el que aparece la expresión tal cual propósito eterno o eterno propósito, realizado en Cristo. Ahora debemos entender que sí hay diferentes funciones, hay diferentes llamados, hay diferentes asignaciones, llámelo como quiera, pero un solo propósito.

Y el propósito personal tiene que ver con tu función o rol dentro de ese “Gran Propósito Eterno”. Es decir, cuando tú trabajas para una empresa, esa empresa tiene metas específicas. Y tú y yo como trabajadores de esa empresa estamos colaborando para que esas metas se cumplan, y se nos dan unas funciones específicas.

Porque imagínate que todos trabajamos para la misma empresa, pero todos haciendo exactamente lo mismo, la empresa no iría a ningún lugar, no cumpliría sus metas y no sería funcional. Así mismo es en Dios y en su Reino, cada uno de nosotros tiene un papel, debe tener un rol, una función específica, una asignación. Lo que significa que dentro de tu propósito hay diferentes funciones, llamados o asignaciones. Entonces yo debo entender que esa función yo la llevo a cabo donde Dios quiera. Cuando tú, como abogado, como empresario, como trabajador, cumples tu función en el lugar donde Dios te ha puesto, tú también estás colaborando al Propósito Eterno del Padre.

No es solamente dentro del cuerpo de Cristo, es hacer aquello que Dios me ha llamado a hacer o dónde Dios me ha puesto para su propósito. Por ejemplo, si Dios me ha puesto en una compañía secular de tecnología o me ha puesto en un taller de autos y esa es mi asignación, yo ahí estoy colaborando con su propósito eterno y no soy menos que el que está en una plataforma predicando a 10.000 personas.

Pero Dios tiene solo un propósito, aunque haya miles o millones de llamadas, y como digo, es el propósito eterno de Dios. No tengo que encontrar el propósito de Dios para mi vida, sino que tengo que hacer mío su propósito: Estoy aquí para colaborar con Tu Propósito Eterno Señor, esa debería de ser nuestra petición de oración frente al hecho de querer saber cuál es la voluntad de Dios para nuestra vida.

Por, Kenneth Solá y Equipo TopCristianos

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