Poder supernatural 

En términos humanos, no podemos hacer lo que Jesús pide a sus seguidores. No podemos cambiar el mundo, no podemos cambiar el corazón de otro, no podemos acercar a nadie a Dios. Sólos, no podemos hacer lo que Jesús pide de nosotros. Necesitamos ayuda divina para ser seguidores radicales de Cristo.

Jesús resuelve este problema. Él equipa a sus seguidores a hacer el trabajo que les pide que hagan. En otras palabras, Jesús pide lo imposible de sus seguidores, y luego les da todo lo que necesitan para cumplir con lo que Él les pide.

Idea grande: El Espíritu de Dios equipa a los hijos de Dios a ser cambiadores del mundo

Por darles su Espíritu, Jesús equipa a sus seguidores para que puedan cumplir con las tareas que les da. Cuando el hijo o hija de Dios recibe su Espíritu, recibe las habilidades, tiempo y capacidad para poder cambiar la eternidad de otros.

¿Quién es el Espíritu Santo? El Espíritu Santo es Dios. Es la segunda Persona de la Trinidad. Por ser Dios, Él es sumamente poderoso. El Espíritu Santo es tan real y tan poderoso como Dios el Padre. Cuando Jesús prometió la venida del Espíritu a sus seguidores, les dijo que les daría poder desde el cielo — poder que sólo Dios podría dar —.

Si su poder es la clave para que nosotros podamos cambiar el mundo con Cristo, ¿cómo conseguimos su poder? Cuando estaba en la tierra, Jesús prometió sus discípulos que lo enviaría, y al regresar al cielo, cumplió con esta promesa. Luego, el apóstol Pedro explicó que todos los que llegan a entregarse a Jesús por arrepentirse y bautizarse recibirían al Espíritu Santo. El mora adentro de cada uno de los seguidores de Jesús. 

Una vez adentro de nosotros, ¿Qué hace el Espíritu Santo? Parte de su obra en nosotros es darnos poder. Él llena a los hijos de Dios con el poder de Dios. De la misma forma que Jesús hizo su ministerio por el poder del Espíritu, hoy día nosotros podemos imitar a Jesús por el mismo poder. El poder del Espíritu se manifiesta en nosotros por darnos guía, por darnos habilidades para poder cumplir con las tareas que Jesús nos da y por darnos la capacidad vivir radicalmente entregados a Cristo.

A nosotros nos toca vivir lleno del Espíritu. Esto hacemos cuando seguimos su guía y le obedecemos. También, siempre podemos pedir más del poder y la llenura del Espíritu. 

El Espíritu de Jesús llena a sus seguidores de poder para que puedan cambiar el mundo con su Señor.