Confianza en la oraciónMuestra

La oración es adoración

Steven Charnock, un clérigo puritano, dijo: «Se puede decir verdaderamente que adoramos a Dios, aunque carecemos de perfección, pero no se puede decir que lo adoramos si carecemos de sinceridad". Puedes adorar a Dios con imperfección, pero no puedes adorar a Dios sin sinceridad. Y lo que Charnock dijo de la adoración debe decirse de la oración, porque la oración es adoración. Nuestras oraciones no son perfectas, pero no son oraciones si no son sinceras. Si estamos pronunciando palabras y conectando pensamientos, pero no nos hemos detenido para darnos cuenta de que estamos hablando con Dios, reconociendo Su grandeza y presencia al comenzar, no estamos orando.

¿Para qué sirve la oración? Es un medio que Dios ha elegido para obrar, es la oportunidad que Dios nos ha dado para participar en lo que Él ha determinado hacer. La oración nunca tiene la intención de doblegar la voluntad de Dios a nuestros deseos. La oración no es para hacer que Dios haga lo que queremos que haga.

Si hablamos de doblegar la voluntad, es nuestra voluntad la que debe estar rendida a la suya. La oración se trata de llegar a donde mi mente y mi corazón no quieren nada más que hacer su voluntad, lo que sea que eso signifique para mi vida, como sea que mis perspectivas, actitudes o palabras tengan que cambiar. La oración ocurre cuando someto mi voluntad a la suya.

Me doy cuenta de que no puedo hacer que Dios haga algo. Él ha determinado lo que hará, y quiero orar de acuerdo con eso. El propósito de la oración no es cambiar la voluntad de Dios, sino orar en Su voluntad.

"Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios. Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye" (1 Juan 5:13-14).

¿De quiénes habla el versículo 14? De los que saben que tienen vida eterna. En el versículo 14, las personas que tienen la confianza de la que se habla son las personas que pertenecen al versículo 13. Dios puede escuchar todo. Él responde a lo que Él elige. Dios dio promesas concernientes a las oraciones de Su pueblo, y es por lo que nosotros, los que hemos sido redimidos, podemos tener esta confianza de la que habla Juan. El "nosotros" del que escribe en ese pasaje son personas que pertenecen a Cristo, que adoran a través de la oración.